Los aranceles que México impuso a Estados Unidos son un golpe político en busca de que el gobierno de Donald Trump retire las cuotas arancelarias que impuso al acero y aluminio mexicanos.
El jueves pasado el gobierno mexicano informó que aplicará aranceles a aceros planos, lámparas, carne de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos provenientes de Estados Unidos.
Estos productos no son precisamente los que más vende Estados Unidos a México, pero fueron estratégicamente elegidos por la Secretaría de Economía, pues los estados y condados donde se produce la mayor parte de estos bienes son los que apoyan al Partido Republicano y al gobierno de Trump, explicó Alejandro Arzate Mejía, integrante de la Comisión Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.
“La medida de México no es para proteger a los productores nacionales como lo busca Trump con el acero, la medida de México es una cuestión política”, dijo Arzate.
Al poner aranceles a estos productos subirían sus precios en México, esto puede propiciar que la gente busque productos nacionales o de otros países porque serían más baratos que los provenientes de Estados Unidos. Al bajar la demanda de estos productos, bajaría la venta de los productores ubicados en territorio republicano, explicó el especialista.
“Es parte de una estrategia en la que hemos trabajado con la Secretaría de Economía. Estamos acudiendo con nuestros aliados en esos estados diciéndoles; tanto ustedes como nosotros estamos saliendo afectados por la política de Trump”, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en entrevista con Televisa.
Con productores en Estados Unidos afectados por la baja de sus ventas, México busca que estos comiencen a presionar a sus legisladores y representantes en la Cámara de Comercio para que el gobierno de Trump quite los aranceles al acero y aluminio mexicanos, dijo el especialista del Colegio de Contadores.
El representante de la cúpula empresarial aseveró que las medidas que aplicó el gobierno mexicano no afectarán las cadenas de valor al interior de México, y que los aranceles que impuso a Estados Unidos serán temporales hasta que retire las cuotas al acero y aluminio.
«Muchos de los productos que México, Canadá y Europa han prometido marcar con aranceles de represalia, como la carne de cerdo, textiles, tabaco y otros bienes, provienen de estados que este año contarán con competitivas elecciones para el Congreso y que el presidente Trump deberá ganar en el 2020 para resultar reelecto», comentó Manuel Padrón, socio líder nacional en Comercio Exterior y Aduanas para América Latina en Baker Mckenzie.
Cifras del departamento de Comercio de Estados Unidos destacan que las exportaciones de carne de cerdo a México provienen de El Paso y Laredo, Texas y Nogales, Arizona, estados que dieron el triunfo presidencial a Donald Trump.
El monto de las exportaciones de carne de cerdo provenientes de estas entidades a México sumó 1,103 millones de dólares en 2017.