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Salud y Bienestar

La marca Monsanto desaparecerá

El grupo farmacéutico y de agroquímica alemán Bayer anunció este lunes que suprimirá la marca Monsanto, después de la adquisición del gigante estadounidense de semillas y pesticidas.

«Bayer seguirá siendo el nombre de la empresa. Monsanto, como nombre de empresa, no se mantendrá», anunció la compañía alemana que quiere cerrar la fusión este jueves.

La nueva compañía conservará los productos de Monsanto, como el Roundup —uno de los herbicidas más usados del mundo pero acusado de ser nocivo para la salud—, aunque dejará de usar el nombre de la empresa, objeto durante décadas de protestas de los defensores del medio ambiente.

Según Liam Condon, responsable de la división agroquímica de Bayer, los empleados del grupo estadounidense «están orgullosos de sus productos». También explicó que hace algunos años Monsanto pensó en cambiar de nombre pero finalmente renunció «por cuestiones de costo», aseguró en una conferencia telefónica.

Bayer sí mantendrá el nombre de marcas muy conocidas entre sus clientes agricultores como Dekalb (semillas de maíz y colza), Seminis (semillas hortícolas) o De Ruiter (semillas hortícolas).

El abandono de la marca Monsanto es una manera para el grupo alemán de distanciarse de un nombre que ha sido objeto durante años de protestas no sólo de ecologistas, sino también de grupos de agricultores.

Monsanto se ha visto mezclado en varios procesos judiciales por cuestiones de salud o de efectos nocivos para el medio ambiente atribuidos a sus productos.

UNA GRAN APUESTA
Por otra parte la compra de Monsanto por 63,000 millones de dólares, un monto sin precedentes para un grupo alemán al adquirir una compañía extranjera, es un momento histórico para Bayer, cuyo objetivo es reforzar considerablemente su división agroquímica, la segunda en importancia por detrás de la farmacéutica.

Para financiar la operación, Bayer anunció el domingo una ampliación de capital de 6,000 millones de euros y una deuda de más de 30,000 millones de dólares, lo que este lunes llevó a la agencia de calificación financiera Standard and Poor’s a rebajar su nota de crédito a largo plazo de «A-» a «BBB».

El anuncio de la fusión, en mayo de 2016, es el resultado de la apuesta de Bayer por una agricultura cada vez más intensiva, en un planeta que alcanzará 10,000 millones de habitantes en 2050, pero que no tiene tierras cultivables suficientes para alimentarlos.

Monsanto, una compañía fundada en 1901 por el químico John Francis Queeny, se concentró a partir de los años 1990 en la química agrícola y se especializó en productos fitosanitarios y semillas.

AFP

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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