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Adolescente cuenta su historia de bullying en Youtube antes de suicidarse

Su video de YouTube empieza de una forma un tanto inocente. La adolescente canadiense, cuyo rostro aparece oculto en la imagen, sostenía una pila de tarjetas con mensajes escritos con un marcador negro. “He decidido contarles mi historia sin fin”, decía la tarjeta que Amanda Todd sostenía en sus manos.

Hasta aquí el observador no tiene idea de que va a embarcarse en un viaje agónico, uno que ocasionó que la premier de Columbia Británica emitiera una seria alerta contra el bullying; un viaje que ha dado origen a una página de Facebook, en la que miles de personas han dejado sus comentarios y expresado sus condolencias.

En el video, en blanco y negro, y sin audio, la adolescente pasaba una tras otra las tarjetas. Cada tarjeta sumía dolorosamente al espectador en la angustia que muchos adolescentes han vivido en carne propia.

La tarjeta que la adolescente sostenía decía: “Cuando estaba en séptimo grado, me veía con mis amigos a través de una webcam”. En las siguientes tarjetas se revela que la adolescente empezó a atraer la atención de personas que dijo no conocer. Personas que le decían que era hermosa, impactante, perfecta. “Querían que les mostrara mis senos. Así lo hice un año más tarde”, se leía en las tarjetas.

La adolescente recibió un mensaje de un desconocido en Facebook, quien le dijo que si no enseñaba más partes de su cuerpo, publicaría las fotos topless que le había tomado. “Sabía mi dirección, quiénes eran mis familiares, amigos, nombres…”

Durante las vacaciones de Navidad, la policía fue a su casa para informar que las fotos se habían enviado a “todos”. Mostró la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara. “Luego me enfermé gravemente: sufría ansiedad, una fuerte depresión y ataques de pánico. Empecé a consumir alcohol y drogas”.

Dice que luchó contra la ansiedad y que durante un año casi no salió. El mismo hombre volvió a aparecer en una página de Facebook en la que mostraba las fotos topless en su perfil. “Lloraba todas las noches, perdí a todos mis amigos y el respeto de la gente… otra vez…”

Fue acosada y sintió que nunca podría borrar esa foto. Empezó a cortarse, una forma de castigarse que, de acuerdo con los psicólogos, es una conducta de control de impulsos que acompaña a ciertas enfermedades mentales.

Durante los recesos, comía sola hasta que se cambió de escuela. “Las cosas mejoraban, aunque seguía sentándome sola”, decía la siguiente tarjeta. “Luego de un mes empecé a hablar con un viejo amigo”.

Pensaba que ella le gustaba aunque sabía que tenía novia. Un día él le pidió que fuera a verlo porque su novia estaba de vacaciones. “Y fui… grave error… Pensé que le gustaba”. Una mano temblaba mientras sostenía las tarjetas; con la otra enjugaba una lágrima de su rostro. Una semana más tarde, la novia de su amigo se presentó en su escuela junto con otras 15 personas. Se reunió una multitud mientras la novia le gritaba que nadie la quería. “Un tipo gritó: ‘Golpéala’…” La golpearon y cayó al piso. “Me sentí como una tonta, pensé que nadie se merece esto”, dice la siguiente tarjeta. “Los maestros llegaron corriendo, pero yo me fui, me tiré en una zanja y luego mi papá me encontró”.

Cuando llegó a casa, bebió cloro. “Me sentía fatal, de verdad pensé que moriría”. La llevaron de urgencia al hospital para sacar los químicos de su cuerpo.

Puso la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara para que el espectador no pudiera verla, sino sólo leerla: “Cuando llegué a casa, lo único que decía en Facebook era: ‘Se lo merecía; ¿te quitaste el fango del cabello? Espero que esté muerta”.

Se mudó con su madre a otra ciudad, a otra escuela. Sin embargo, su pasado la persiguió. “Habían pasado seis meses, la gente me etiquetaba en fotos de blanqueador, cloro y zanjas… Todos los días me pregunto por qué sigo aquí”.

Su ansiedad empeoró y se cortaba aún más; a pesar de la terapia y los antidepresivos, fue trasladada de nuevo al hospital a causa de una sobredosis.

La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es Amanda Todd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.

“Nadie se merece ser acosado. Nadie se lo gana. Nadie lo pide. No es un rito de iniciación. El bullying debe parar. Todos los niños deben sentirse seguros en la escuela”, dijo Clark en un video publicado en YouTube el jueves.

La policía de la Coquitlam, zona conurbada de Vancouver, dijo que el miércoles encontraron el cuerpo de Amanda Todd en su casa. Se quitó la vida. Tenía 15 años.

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Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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