Un estudio realizado por expertos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), en Hermosillo, Sonora, reveló las películas plásticas que se usan para envolver alimentos contienen compuestos tóxicos.
Los niveles de toxicidad se encuentran en algunas películas que se venden también de manera industrial en los supermercados, con las que se envuelven productos frescos para su comercialización en porciones pequeñas.
Herlinda Soto Valdez, quien encabezó esta investigación y es la responsable del Laboratorio de Envases de esa institución, indicó a la agencia informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que fueron analizadas 15 marcas, de las cuales tres presentaron niveles de toxicidad. El estudio se publicará este año en el “Journal Food Additives and Contaminants”.
Explicó que las películas o productos para emplayar alimentos generalmente son de cloruro de polivinilo, conocido comúnmente como PVC, material rígido que se utiliza en persianas, tuberías y para poder procesarlos como películas delgadas y flexibles se les debe agregar plastificantes, de manera que a veces se tiene que añadir 30 por ciento o más de este material para obtener las películas que se venden en cajas.
Luego de encontrar concentraciones altas en tres muestras de películas, los investigadores iniciaron un proceso de estudio, para lo cual utilizaron simulantes de alimentos acuosos, de alimentos grasos y de alimentos ácidos.
Como resultado, identificaron altos niveles en los simulantes de alimentos grasos, superando hasta en seis veces los límites.
El equipo de trabajo calificó de “preocupante” que ciertas películas contengan el compuesto y, por otro lado, calificó como aspecto positivo que sólo tres de las 15 marcas analizadas presentaran el compuesto.
La investigadora señaló que de las 15 películas analizadas, una no era a base de PVC. Del resto, tres tenían altas concentraciones de ese compuesto; una tenía 25 por ciento, otra 18 y la tercera 16 por ciento de presencia, según la información de la agencia informativa del Conacyt.
Para Soto Valdez esto evidencia la falta de legislación que existe en México para el control de este tipo de productos, pues generalmente se legisla en alimentos y bebidas, pero no para fuentes de toxicidad como esa.
El equipo de investigadores ya contaba con información previa de algunos ftalatos prohibidos a nivel internacional desde hace años; sin embargo, se siguen utilizando en el país.