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Rechaza Trump poner una fecha límite para la desnuclearización de Norcorea

El presidente estadounidense, Donald Trump, rechazó este miércoles poner una fecha límite para la desnuclearización de Corea del Norte, días después de que su Departamento de Estado indicara que ese proceso debe completarse antes de enero de 2021.

«No quiero entrar en el juego del tiempo. Le he dicho a (el secretario de Estado estadounidense) Mike (Pompeo) que no se meta en el juego del tiempo», dijo Trump en una conferencia de prensa en Nueva York.

«No importa si nos lleva dos años, tres años o cinco meses», agregó.

Pompeo emitió la semana pasada un comunicado en el que exigía que la desnuclearización de Corea del Norte se completará como tarde en enero de 2021, fecha en la que concluye el primer mandato de Trump.

No obstante, este lunes Pompeo pareció dar marcha atrás a ese objetivo, al afirmar en una conferencia de prensa en Nueva York que sería «ingenuo poner una fecha» límite a la desnuclearización.

Trump también alegó hoy que su predecesor, Barack Obama, estaba «muy cerca de ir a la guerra» con Corea del Norte, y que si él no hubiera resultado elegido, habría habido un conflicto con «millones de personas» muertas.

«Obama estaba listo para ir a la guerra, y se habrían perdido (las vidas de) no miles, sino millones de personas, porque en Seúl hay millones (…). Si no me hubieran elegido a mí, esto sería la guerra», defendió, a pesar de que su predecesor habría abandonado el poder en 2017 tanto si Trump resultaba electo como si no.

«Le he enseñado una de las cartas a (el primer ministro japonés, Shinzo) Abe, y me dijo que es una carta revolucionaria, una carta histórica», aseveró Trump, que hoy se reunió en Nueva York con el líder nipón.

Nota Principal

Congreso de EE.UU. deja al gobierno sin fondos ante bloqueo legislativo sobre Obamacare

El gobierno federal de Estados Unidos entró en paro oficial después de que el Congreso no lograra aprobar una medida de financiamiento que permitiera mantener sus operaciones, generando incertidumbre sobre la duración y el impacto de esta paralización.

El estancamiento entre republicanos y demócratas, centrado en los subsidios ampliados de Obamacare, se tradujo en el primer cierre gubernamental desde 2019. Ambas fuerzas políticas sostienen públicamente y en privado que no asumirán la responsabilidad del impasse. Los republicanos exigen que los demócratas simplemente aprueben una extensión del financiamiento por siete semanas, mientras que los demócratas se niegan sin obtener concesiones importantes a cambio de sus votos en el Senado.

Tras la votación del martes por la noche, los senadores abandonaron el Capitolio sin certezas sobre la duración del cierre. Se espera que el Senado vuelva a votar este miércoles sobre el mismo plan republicano, que sus líderes prometieron presentar una y otra vez hasta que suficientes demócratas cedan. Sin embargo, varios legisladores del partido opositor han declarado públicamente que no se rendirán, pese a que la administración Trump y su oficina presupuestaria han intensificado las amenazas de aprovechar el cierre para reducir el tamaño del gobierno, incluso de manera permanente.

Algunos senadores demócratas, como Catherine Cortez Masto y Angus King, modificaron su posición y apoyaron el plan republicano, mientras que otros, como John Fetterman, también se sumaron a la iniciativa y criticaron la estrategia de su partido. Los líderes demócratas trabajan para mantener unidos a sus miembros y evitar que ceda la presión republicana, especialmente ante el riesgo de que la administración afecte programas clave para su electorado.

Los subsidios mejorados, implementados originalmente como parte de un paquete de rescate ante la pandemia y ampliados posteriormente, han permitido que 24 millones de personas se inscriban a planes de salud para 2025. Su eventual desaparición provocaría un aumento promedio de 75% en las primas de 2026, según el grupo de investigación KFF.

El cierre afecta a cientos de miles de empleados federales, de los cuales alrededor de 750 mil podrían ser suspendidos temporalmente, lo que implica la suspensión de pagos diarios de unos 400 millones de dólares. Quienes realizan funciones esenciales deberán continuar trabajando, aunque recibirán su salario solo al término del impasse.

Los ciudadanos también sentirán los efectos: aunque servicios críticos, como atención a veteranos, Seguridad Social, Medicare y Medicaid continuarán, otras operaciones, incluidas algunas agencias federales y sitios turísticos, podrían interrumpirse. Los parques nacionales dependen de fondos estatales o de años anteriores, mientras que el Smithsonian y el Zoológico Nacional seguirán abiertos hasta al menos el 6 de octubre.

En este contexto, la confrontación entre republicanos y demócratas no solo pone en riesgo el funcionamiento del gobierno, sino que también amenaza la estabilidad económica y sanitaria de millones de estadounidenses.

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