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Resto del mundo

Publican lista de 263 sacerdotes acusados de abusos sexuales en San Francisco, EEUU

Un despacho de abogados que representa a víctimas de supuestos abusos sexuales a menores en la Iglesia católica publicó hoy una lista con los nombres y fotografías de 263 curas que pudieron cometer estas prácticas en tres diócesis del área de la bahía de San Francisco (California, EEUU).

La firma Jeff Anderson & Associates, con sede en Minnesota, hizo público un documento de 66 páginas en el que además de los nombres y las fotografías se incluye el historial de trabajo parroquial de cada uno de los religiosos y un resumen de los abusos de los que se les acusa.
Las diócesis afectadas son las de San Francisco (135 curas acusados), Oakland (95) y San José (33).

Esta publicación se produce sólo unos días después de que la diócesis de San José anunciase los nombres de 15 religiosos, algunos de ellos ya fallecidos, a los que acusaba de haber cometido abusos sexuales, una lista que desde el gabinete de abogados consideraron «insuficiente».

«Los datos revelan la escandalosa escala de cientos de curas abusando de miles de menores desde antaño y hasta nuestros días en estas diócesis. Los datos también sugieren un patrón de prácticas de los responsables de la Iglesia, que incluye la orquestación de protección institucional», indicó el documento publicado.

Hoy mismo, la fiscalía de Washington anunció el inicio de unas pesquisas por acusaciones de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica en la capital de Estados Unidos.

El comienzo de esta operación se enmarca en un contexto en el que se han emprendido numerosas acciones desde la abogacía del Estado a nivel estatal y federal en diversos puntos del país después de que un informe de un gran jurado de Pensilvania relatara un sinfín de abusos en la Iglesia con alrededor de mil menores víctimas.

Resto del mundo

«Alligator Alcatraz»: El polémico centro de detención rodeado de caimanes que divide a Florida

Florida ha establecido una controvertida instalación de detención migratoria en los pantanos de los Everglades, a menos de 50 millas del resort de Donald Trump en Miami. La propiedad, apodada «Alligator Alcatraz» por funcionarios estatales, fue construida en días transformando el aeropuerto Dade-Collier Training and Transition en una ciudad temporal de carpas con capacidad para albergar hasta 3,000 migrantes.

El gobernador Ron DeSantis adoptó el apodo acuñado por su fiscal general, argumentando que la ubicación ofrece seguridad natural. «Claramente desde una perspectiva de seguridad, si alguien escapa, hay muchos caimanes con los que tendrá que lidiar. Nadie va a ninguna parte una vez que haga eso», declaró DeSantis durante una conferencia de prensa.

La instalación funciona como un centro completamente autónomo, con migrantes alojados en remolques de FEMA reacondicionados y estructuras temporales similares a las utilizadas para víctimas de desastres naturales. Los servicios básicos como agua, alcantarillado y electricidad son proporcionados por equipos móviles, mientras que grandes unidades portátiles de aire acondicionado intentan combatir las temperaturas que superan los 90 grados Fahrenheit.

Representantes del Congreso que visitaron la facilidad reportaron condiciones alarmantes, describiendo a cientos de migrantes confinados en jaulas bajo calor sofocante, infestaciones de insectos y comidas escasas. «Están esencialmente empacados en jaulas, humanos pared a pared, 32 detenidos por jaula», declaró la representante Debbie Wasserman Schultz tras su recorrido.

La operación anual de «Alligator Alcatraz» costará 450 millones de dólares, según funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional. Florida cubrirá inicialmente los costos y luego solicitará reembolsos a través de FEMA y el Departamento de Seguridad Nacional. No olvides visitar Segundo a Segundo Noticias de Chihuahua, México y el Mundo.

El proyecto enfrenta oposición de activistas por los derechos de los inmigrantes, ambientalistas y miembros de la comunidad indígena Miccosukee, quienes consideran la instalación una amenaza a sus tierras sagradas y al delicado ecosistema de los Everglades. La controversia se intensifica por estar ubicada cerca de la fuente principal de agua potable para ocho millones de habitantes del sur de Florida.

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