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Salud y Bienestar

El ranking de las mejores dietas para 2019

Comienza el año y con él los nuevos propósitos y las listas de “los mejores…” para estos nuevos 12 meses que acabamos de estrenar. Y entre esos objetivos puede que uno de los más habituales sea el de controlar nuestro peso. Por eso la revista US News acaba de dar a conocer su lista anual de las mejores dietas.

La publicación ha evaluado un total de 41 tipos de dietas con un panel de expertos -cuyo perfil se puede consultar en este listado- que han estudiado cada plan de alimentación teniendo en cuenta su seguridad, si son fáciles de seguir y también si son dietas nutritivas y efectivas para la pérdida de peso. Este es el resultado de la clasificación.

1. Dieta Mediterránea

En primer lugar, según estos especialistas en salud, se ha colocado la Dieta Mediterránea, repitiendo la posición del año pasado. “Con su énfasis en las frutas y verduras, el aceite de oliva, el pescado y otras comidas saludables, la dieta mediterránea es sumamente sensata. Y las evaluaciones de los expertos sobre el tema fueron sorprendentemente positivas, lo que le dio a esta dieta una gran ventaja”, comentan los expertos.

2. Dieta DASH

En segundo lugar encontramos la Dieta DASH, desarrollada para quienes sufren presión arterial alta y no como una dieta de uso múltiple. Se recomienda especialmente a aquellas personas que padecen hipertensión, ya que se puede regular la presión sanguínea sin necesidad de medicación. Es una dieta baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras. DASH corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension).

3. Dieta Flexitariana

La Dieta Flexitariana se mantiene en tercer lugar, y ha obtenido buenas puntuaciones en cuanto a seguridad nutricional, la facilidad de poder seguirla y perder peso a largo plazo. Recordemos que ese trata de la práctica “flexible” del vegetarianismo: la mayor parte de la alimentación está basada en productos de origen vegetal, pero se puede comer carne u otros alimentos animales esporádicamente o en poca cantidad.

La BBC explicaba hace sólo un par de meses por qué este tipo de alimentación puede ayudar a salvar el planeta.

4. Dieta MIND

La Dieta MIND, en cuarto lugar, recoge aspectos de la dieta DASH y de la Mediterránea y se centra en los alimentos que afectan específicamente la salud del cerebro. Entre otras indicaciones, consiste en tomar una fruta al día, una ensalada al día, tres porciones de cereales integrales al día, 30 gramos de nueces o frutos secos, una ración de frutos rojos dos veces a la semana, pollo dos veces a la semana, pescado una vez a la semana…

5. WW Diet o Weight Watchers

En quinto lugar aparece la WW Diet o Weight Watchers, creada en 1963 con la finalidad de formar grupos de personas que se ayudaran entre sí para poder adelgazar, de ahí que se denominara “dieta de los vigilantes del peso”.

Dieta de la Clínica Mayo y Dieta Volumétrica

En sexta y séptima posición empatan la Dieta de la Clínica Mayo y la Dieta Volumétrica. A la primera le han otorgado calificaciones altas por su capacidad nutricional, su seguridad y su eficacia para la prevención de la diabetes; y destaca por alimentos como las frutas, las verduras y los granos enteros. Sobre la Dieta Volumétrica destacan que ofrece efectos positivos para la salud del corazón y en la prevención de la diabetes; se centra en la pérdida de peso y se basa en la ingesta de alimentos que tienen una reducida densidad calórica pero en gran volumen.

Dieta TLC

La Dieta TLC (Therapeutic Lifestyle Changes), en octava posición del listado, es un plan de alimentación creado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos especialmente recomendable para promover la salud cardiovascular, ya que contribuye a reducir el nivel de colesterol en sangre sin necesidad de tomar fármacos. También ayuda a contrarrestar el hígado graso.

Dieta Ornish y Dieta Nórdica

En novena y décima posición empatan también la Dieta Ornish y la Dieta Nórdica (nueva en este listado). La Dieta Nórdica fue diseñada específicamente para revolucionar la cocina nórdica y mejorar la salud pública. Científicos nutricionales ??en la Universidad de Copenhague se unieron a René Redzepi del Noma para este proyecto, una dieta que exige un estilo de vida que abarque el regreso a las comidas relajadas con amigos y familiares, centradas en los alimentos de temporada de origen local, combinados con la preocupación por proteger el medio ambiente. Se trata de preceptos como: comer más frutas y verduras todos los días, comer más granos integrales, incluir más alimentos de los mares y lagos elegir carne de alta calidad (cuanta menos mejor), buscar más comida de paisajes salvajes, usar productos orgánicos siempre que sea posible, evitar los aditivos, comer comida casera…

De la Dieta Ornish remarcan los especialistas que es nutricionalmente segura y muy saludable para el corazón, sin embargo, se destaca que no es fácil de seguir por su severa restricción de la grasa. Fue creada por el Dr. Dean Ornish, profesor de medicina de la Universidad de California en San Francisco y fundador del Instituto de Investigación de Medicina Preventiva en la cercana Sausalito, para ayudar a las personas a “sentirse mejor, vivir más, perder peso y tener salud “. Es baja en grasas, carbohidratos refinados y proteínas animales pero también hace hincapié en el ejercicio, el control del estrés y las relaciones.

Fuente: LA Vanguardia

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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