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Escasez de gasolina en México podría afectar abasto de aguacate para Super Bowl

¿Imagina un Super Bowl sin guacamole? La época dorada del demandado aguacate podría verse opacada si un desabasto de combustibles en México pone en riesgo las enormes exportaciones del fruto hacia Estados Unidos.

Cada año, productores mexicanos envían al vecino del norte miles de toneladas de codiciado fruto para que lo devoren los fanáticos del futbol americano la primera semana de febrero, en una apetitosa mezcla que combina cebolla, cilantro y chiles rociados con jugo de limón y un toque de sal.

Sin embargo, los envíos podrían verse afectados por el desabasto de gasolina y diesel que golpea desde hace días a estados del centro y occidente de México, entre ellos Michoacán, el mayor productor de aguacate del país, tras una campaña del gobierno para atacar el extendido robo de combustible a la petrolera estatal Pemex.
Los productores michoacanos iniciaron esta semana el envío de cargamentos de aguacate para atender la fuerte demanda que se genera en la semana del Super Bowl, en la que proyectan vender 120 mil toneladas, 20 mil más que el año pasado.

“Nuestras tres semanas más importantes del año son esta y las dos siguientes. Es cuando más cargamos para surtir toda la semana del Super Bowl”, dijo Ramón Paz, portavoz de la APEAM, que agrupa a exportadores del fruto.
“Eso no es esperar nada”, respondió Paz a Reuters consultado sobre cuánto podrían aguardar para realizar los envíos. “De aquí al 24, 25 de enero es que tenemos que sacar todo ese volumen. Si no lo cargamos, ya no lo cargamos”, subrayó.
Hasta ahora, se han enviado a Estados Unidos 27 mil toneladas para el consumo en la semana del Super Bowl, que se realizará el 3 de febrero.
Paz dijo que la escasez de gasolina aún no ha afectado las operaciones hacia Estados Unidos, pero sí ha empezado a hacerlo en las labores locales de transporte del aguacate y de trabajadores para la recolección.

Añadió que, además del Super Bowl, hay compromisos con supermercados y restaurantes y que ahora México es prácticamente la única fuente de aguacate en Estados Unidos, pues la temporada en California y Perú acabó entre agosto-septiembre y se reanuda hasta marzo-abril y sólo hay un poco de fruto de Chile.

Mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que su estrategia para frenar el robo de combustible, lanzada a finales de diciembre, ha empezado a surtir efecto, automovilistas en estados afectados hacían largas filas para llenar los tanques de sus vehículos.

La escasez de gasolinas surgió tras el cierre de varios ductos por los que se transportan combustibles desde refinerías y que son atacados por delincuentes. Pemex aumentó el traslado a través de carros tanque para cubrir el abasto, pero la medida ha resultado insuficiente.

El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, dijo el martes que actualmente Pemex está abasteciendo alrededor del 40 por ciento del suministro normal y que la falta de combustibles ya está afectando actividades económicas en el estado.

De acuerdo López Obrador, en 2018 el robo de combustible alcanzó 3 mil millones de dólares. El mandatario aumentó la presencia de efectivos de las fuerzas armadas en instalaciones estratégicas de Pemex, como sus seis refinerías, y por primera vez los involucra en el monitoreo del sistema que vigila el funcionamiento de la distribución de combustibles.

Nota Principal

Congreso de EE.UU. deja al gobierno sin fondos ante bloqueo legislativo sobre Obamacare

El gobierno federal de Estados Unidos entró en paro oficial después de que el Congreso no lograra aprobar una medida de financiamiento que permitiera mantener sus operaciones, generando incertidumbre sobre la duración y el impacto de esta paralización.

El estancamiento entre republicanos y demócratas, centrado en los subsidios ampliados de Obamacare, se tradujo en el primer cierre gubernamental desde 2019. Ambas fuerzas políticas sostienen públicamente y en privado que no asumirán la responsabilidad del impasse. Los republicanos exigen que los demócratas simplemente aprueben una extensión del financiamiento por siete semanas, mientras que los demócratas se niegan sin obtener concesiones importantes a cambio de sus votos en el Senado.

Tras la votación del martes por la noche, los senadores abandonaron el Capitolio sin certezas sobre la duración del cierre. Se espera que el Senado vuelva a votar este miércoles sobre el mismo plan republicano, que sus líderes prometieron presentar una y otra vez hasta que suficientes demócratas cedan. Sin embargo, varios legisladores del partido opositor han declarado públicamente que no se rendirán, pese a que la administración Trump y su oficina presupuestaria han intensificado las amenazas de aprovechar el cierre para reducir el tamaño del gobierno, incluso de manera permanente.

Algunos senadores demócratas, como Catherine Cortez Masto y Angus King, modificaron su posición y apoyaron el plan republicano, mientras que otros, como John Fetterman, también se sumaron a la iniciativa y criticaron la estrategia de su partido. Los líderes demócratas trabajan para mantener unidos a sus miembros y evitar que ceda la presión republicana, especialmente ante el riesgo de que la administración afecte programas clave para su electorado.

Los subsidios mejorados, implementados originalmente como parte de un paquete de rescate ante la pandemia y ampliados posteriormente, han permitido que 24 millones de personas se inscriban a planes de salud para 2025. Su eventual desaparición provocaría un aumento promedio de 75% en las primas de 2026, según el grupo de investigación KFF.

El cierre afecta a cientos de miles de empleados federales, de los cuales alrededor de 750 mil podrían ser suspendidos temporalmente, lo que implica la suspensión de pagos diarios de unos 400 millones de dólares. Quienes realizan funciones esenciales deberán continuar trabajando, aunque recibirán su salario solo al término del impasse.

Los ciudadanos también sentirán los efectos: aunque servicios críticos, como atención a veteranos, Seguridad Social, Medicare y Medicaid continuarán, otras operaciones, incluidas algunas agencias federales y sitios turísticos, podrían interrumpirse. Los parques nacionales dependen de fondos estatales o de años anteriores, mientras que el Smithsonian y el Zoológico Nacional seguirán abiertos hasta al menos el 6 de octubre.

En este contexto, la confrontación entre republicanos y demócratas no solo pone en riesgo el funcionamiento del gobierno, sino que también amenaza la estabilidad económica y sanitaria de millones de estadounidenses.

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