A 15 años del asesinato de la activista Marisela Escobedo, colectivas y organizaciones civiles se reunieron a las afueras del Palacio de Gobierno de Chihuahua para recordar su lucha y realizar un acto conmemorativo en el lugar donde ocurrió el crimen.
La concentración se llevó a cabo en el punto exacto donde Escobedo fue asesinada el 16 de diciembre de 2010, tras una agresión con arma de fuego. Las asistentes realizaron labores de mantenimiento a la placa conmemorativa instalada en el sitio y colocaron flores y veladoras como parte del homenaje.
Durante el acto, las personas rodearon la placa, formaron un corazón en el borde y montaron una ofrenda floral. Las convocantes también guardaron un minuto de aplausos dedicado a la madre activista, acompañados de consignas como “Marisela vive, la lucha sigue”, expresiones que marcaron el desarrollo de la jornada.
Marisela Escobedo fue asesinada mientras exigía justicia por el feminicidio de su hija, Rubí Marisol Frayre Escobedo, ocurrido en 2008. Luego de que el responsable, quien confesó el crimen, fuera liberado, Escobedo emprendió una búsqueda incansable que incluyó marchas y plantones en distintas regiones del país, con el objetivo de lograr la reaprehensión del agresor y visibilizar otros casos de violencia feminicida.
El asesinato de la activista frente a un edificio emblemático del poder estatal se convirtió en un referente nacional sobre la situación de quienes defienden los derechos humanos en México. A partir de estos hechos, su nombre se mantiene presente en las demandas de justicia por feminicidios y en la memoria colectiva de los movimientos sociales.
Con el paso de los años, el caso de Marisela Escobedo y el feminicidio de su hija continúan sin resolverse. De acuerdo con lo señalado por colectivos, la familia de la activista se vio obligada a trasladarse a Estados Unidos por motivos de seguridad. A 15 años de los hechos, ambos crímenes permanecen en la impunidad.