En el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, que se conmemora este 6 de junio, el Jefe del Servicio de Trasplantes del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, Roberto Carlos Ortiz Galván, invitó a la población a sensibilizarse a fin de donar sus órganos en casos de muerte cerebral y brindar una oportunidad a quien realmente lo necesita.
El especialista refirió que al cierre de mayo de 2019, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se realizaron mil 325 trasplantes a nivel nacional: 599 de riñón; 579 de córnea; 116 de células progenitoras hematopoyéticas; 27 de hígado y cuatro de corazón.
Durante 2018, agregó, en el Seguro Social se efectuaron 3,411 injertos en todo el país. De esa cifra fueron mil 562 renales; mil 532 de córnea; 242 de células progenitoras hematopoyéticas; 57 de hígado y 18 de corazón.
De los trasplantes totales, 92 por ciento corresponde a adultos, cuyos rangos de edad van de los 20 a los 50 años, y el ocho por ciento fueron pediátricos. Respecto al género, 55 por ciento mujeres y 45 por ciento varones, apuntó.
El doctor Roberto Carlos Ortiz Galván destacó la importancia del Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, porque es una fecha especial para pacientes, donadores y los médicos que realizan los trasplantes, un reconocimiento especial de lo importante que es cuidar la salud.
Ortiz Galván dijo que en México aún se tiene una tasa muy baja de donación cadavérica. Resaltó que una persona con diagnóstico de muerte cerebral puede dar a otra un riñón, hígado o córnea, para recuperar su vida con tan solo un gesto de solidaridad al donar sus órganos cuando ya no los necesite.
Refirió que entre el 90 y 95 por ciento de las personas que han recibido un órgano y llevan sus tratamientos de medicamentos e indicaciones dietéticas al pie de la letra, no tienen riesgo de rechazo del injerto.
El Jefe del Servicio de Trasplantes del Hospital de Pediatría explicó las medidas de control y seguimiento del paciente recién trasplantado de riñón, como mantenerse aislado en una habitación limpia, ingesta normal de tres litros de agua y sus medicamentos en los horarios indicados.
Añadió que el paciente acude a revisión cada semana en el primer mes, después cada mes en el primer año y posteriormente cada dos o tres meses durante toda la vida del injerto.