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Opinión: La tregua duró un grito, por Diana Avitia

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Cada día caemos en absurdos más grandes, la pelea entre fifís y chairos cada vez es más bizarra y patética, defendiendo lo indefendible y acusando simple y sencillamente por hacerlo, viendo el error del otro y jamás aceptando el propio. Soy completamente de la idea que nuestro derecho de expresión es uno de los más bellos derechos fundamentales que poseemos, gracias a ello todos podemos opinar, gracias a ello escribo libremente.

Desde hace unos días la pelea en twitter entre aquellos que defienden y los que desaprueban la actuación de Ximena García, una co-piloto de Interjet de la cual se filtró un mensaje referente al día del grito de su cuenta personal de Facebook en el que textual decía; “Debería caer una bomba en el zócalo, nos haría un favor a todos #vivaMéxico”.  Corrió como reguero de pólvora la nota donde la exponían y no se hicieron esperar los comentarios en un país totalmente dividido en bandos y polarizado, muchos de inmediato tomaron un equipo; la oposición con su #TodosSomosXimena y aquellos que apoyan al régimen con su #YoNoSoyXimena. Así de absurdas las batallas de nuestros guerreros en redes sociales, empezaron las comparaciones y los ataques. 

Cientos de tweets referentes al tema, Interjet por su parte pidió una disculpa e inicio un procedimiento administrativo interno para investigar el hecho, la oposición defendía férreamente a la mujer argumentando que; si para gente de la cuarta transformación nunca hubo repercusión alguna por señalamientos misóginos, pasados corruptos, incluso mensajes similares al de Ximena, pero deseando la muerte de algunos expresidentes, ¿por qué tendría que haberla en contra de ella? 

El presidente con su manto celestial en su conferencia matutina dio la oportunidad de que se disculpara públicamente, como con Mireles, así idéntico. Por otra parte, los defensores del sistema se fueron en contra de la mujer exigiendo fuera despedida, sus argumentos; dichos genocidas hechos por un miembro de una aerolínea y sin bien es cierto que lo había hecho en su perfil personal su actuar dejaba mucho que desear, sabemos que la realidad es que si algún piloto americano en su país hubiera hecho alguna expresión similar al respecto ya tendría una investigación abierta por parte de la federación.

Es lamentable que la polarización nos haya orillado a tomar un bando forzosamente, aun y cuando sepamos que está mal, defendemos o alabamos cosas absurdas. La realidad es que los dichos misóginos de Mireles son reprobables y también la conducta de la co-piloto, ambos son expresiones de odio y deben de tener una repercusión, desde que estuve en la facultad de derecho aprendemos que la proporcionalidad de la pena es un punto toral, según tu actuar es tu castigo, también es verdad que el pensamiento no es punible, pero en esta ocasión al externar su sentir escribiéndolo se convirtió en algo de dominio público.

La realidad es una y quien abono enormemente a dividir el país en bandos; buenos y malos, ricos y pobres, fifís y chairos, pueblo bueno y neoliberales fue el presidente, desde campaña a la fecha sigue haciéndolo y como mandatario debe de entender que sus acciones permean a todos los niveles, es momento de realmente sacar su pañuelo blanco y cargar con esa responsabilidad. Siendo honesta para el día del grito esperaba lo peor, vítores al régimen y amenazas al pasado, pero fuera del presidencialismo exacerbado y la imposición enorme que tuvo el presidente al lado de los alfiles de las fuerzas armadas desde su casa, Palacio Nacional. A pesar de estos asegunes, fue un día de alegría, la gente estaba feliz y esa es la realidad, eso nos debe de complacer a todos, ver a los ciudadanos contentos fue una brisa de esperanza. 

Es totalmente valido disentir, refutar y opinar, exijamos válidamente y expresémonos por las vías adecuadas, con el nivel de respeto que queremos para nosotros, sí, muchos estamos hartos, desearíamos que los servidores públicos vividores y corruptos no existieran, por ello tenemos que ser una oposición responsable, si por otra parte apoyamos al sistema también hacerlo desde la coherencia y el respeto, los pensamientos diferentes alimentan a nuestra democracia, un verdadero demócrata defiende todas las maneras de pensar aun y cuando no concuerde con ellas, hagámoslo con argumentos, de manera responsable y con amor por nuestro país, definitivamente esta vez no quiero ser como Ximena.

 

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Fotografías. Por Raúl Saucedo

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Las Políticas por hacer

El quehacer político moderno, a menudo toma en cuenta a los sectores de la sociedad que ostentan poder o influencia visible dentro de la comunidad:  Los adultos votan, las empresas influyen y los medios de comunicación amplifican sus voces. Sin embargo, en el complicado juego de poder, la niñez, un grupo vital pero silencioso, suelen quedarse en el margen.

La Niñez representa el futuro; es el cimiento sobre el que se construirán las próximas generaciones. Su bienestar, educación y salud son indicadores clave no solo de su calidad de vida individual, sino también del progreso y la salud de una sociedad en su conjunto. A pesar de esto, los gobiernos frecuentemente pasan por alto  la creación de políticas públicas enfocadas en este sector, principalmente porque esta parte de la sociedad no votan ni tienen voz directa en los procesos políticos.

Este “descuido” puede atribuirse a varios factores. Primero, la falta de representación política directa. La niñez depende completamente de los adultos para que sus intereses sean representados en el gobierno. Sin embargo, las agendas políticas suelen estar más influenciadas por las preocupaciones inmediatas de los votantes adultos —empleo, economía, seguridad— relegando a un segundo plano temas como la educación de calidad o la protección contra el abuso y la negligencia.

Además, la falta de datos específicos sobre los problemas que afectan a la niñez impide formular políticas bien informadas. A menudo, las estadísticas y estudios disponibles no desglosan la información por edad de manera que refleje las realidades específicas de este grupo. Esto conduce a un entendimiento incompleto de sus verdaderas necesidades y desafíos.

Es más, los problemas que afectan a la niñez suelen ser transversales y requieren una política integrada. Por ejemplo, la pobreza infantil no solo afecta la nutrición; impacta también en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades de desarrollo social y emocional. Sin un enfoque especifico que contemple la complejidad de estos asuntos, las políticas resultantes pueden ser ineficaces o incluso contraproducentes.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989 por las Naciones Unidas (ONU), establece en teoría un marco internacional para la protección de los derechos de la niñez, incluyendo el derecho a la educación, la salud y la protección contra la explotación infantil. Sin embargo, la aplicación de estos derechos en políticas concretas sigue siendo un desafío global.

Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la niñez en el desarrollo social y económico de un país. Invertir en este sector no es solo una cuestión de cumplir con obligaciones morales o internacionales, sino una estrategia prudente para fomentar sociedades más educadas, saludables y equitativas. Los niños y niñas de hoy son los adultos del mañana; sus problemas y necesidades deben ser una prioridad, no una reflexión tardía.

Para abordar esta cuestión sistémica, es necesario promover una mayor participación de los expertos en infancia en los procesos de toma de decisiones y asegurar que las políticas públicas sean evaluadas también en función de su impacto en la población infantil. Las voces de los infantes, aunque no se expresen en las urnas, deben resonar en los corredores del poder a través de quienes aboguen por su bienestar y futuro.

Ignorar las necesidades de este sector en la formulación de políticas públicas no solo es un fracaso en proteger a los más vulnerables, sino también una miopía estratégica que compromete el desarrollo sostenible y la justicia social a largo plazo. Es hora de que los gobiernos ajusten sus lentes y enfoquen claramente en el bienestar y los derechos de los niños, garantizando así un futuro mejor para todos.

Este planteamiento personal y profesional surge en reflexión del pasado 30 de abril, donde la mayoría de mis amigos publicaron historias sobre festivales infantiles en compañía de sus hijos, mientras yo daba un clavado al baúl de los recuerdos encontrando fotografías olvidadas de una etapa fundamental de mi vida, todo esto con aquella canción de fondo del Maestro Sabina donde protestamos contra el misterio del mes de abril.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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