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Opinión: La deuda pendiente con los maestros y maestras de México

La lucha magisterial que vivimos en estos tiempos no es más que un seguimiento y continuidad a una larga batalla por la igualdad y los derechos de las maestras y maestros de nuestro país.
Si bien es cierto que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se formó en los años 70s, y que la lucha por la dignidad y los derechos de los maestros ya tiene mucho tiempo, los retos, los cambios y las necesidades actuales hacen que de nueva cuenta se movilicen.
Los despidos de más de tres mil docentes, que se habían negado a responder a la evaluación y la desaparición forzada de 43 jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa a manos de la policía y del ejército, movieron las fibras más sensibles de todo un país y visibilizaron el problema social y la brecha de desigualdad que tiene uno de los grupos de mayor importancia para nuestro país: los maestros y las maestras de México.
El actual gobierno encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, emprendió una lucha por la abrogación de la mal llamada reforma educativa del gobierno anterior que para los maestros era únicamente laboral y punitiva; llevando a cabo foros para la consulta y el análisis en todos y cada uno de los estados del país para conocer las opiniones y necesidades de la educación y sus diversos actores. Además se nombró una Comisión para la verdad y el acceso a la justicia en el caso Ayotzinapa; donde se busca dar las facilidades por parte del gobierno para que la Fiscalía General de la Republica realice las investigaciones con autonomía.
De igual manera los maestros y maestras de nuestro país emprenden una lucha a diario desde las aulas, los retos son innumerables para ellos como las brechas sociales y regionales especialmente en las zonas rurales, sin contar con la violencia o la falta de infraestructura adecuada para llevar a cabo la enseñanza de los niños, niñas y jóvenes y aun así salen a diario a emprender la labor más noble y más importante, la de educar y formar a los futuros ciudadanos de nuestro país.
Según los Datos del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes PISA
Los profesores de enseñanza primaria reciben un salario 33% más bajo que el promedio de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico). En el paso de la educación secundaria a la media superior se pierden 2 millones de alumnos en las escuelas públicas; en promedio hay 34 alumnos por cada profesor en la educación secundaria cuando la media para los países de la OCDE seria de 13 alumnos por docente.
Alrededor de 95,000 estudiantes asisten a una institución en un inmueble adecuado. En la educación primaria solo 4 de cada 10 escuelas cuentan con computadoras e internet.
En México tres de cada cien instituciones de todos los niveles no tienen sanitarios.
Según estudios del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ( que està en proceso de desaparecer ) trece mil escuelas no cuentan con otro tipo de servicios públicos como electricidad, treinta y un mil no tienen agua y seis mil no cuentan con servicios sanitarios en nivel preescolar.
Pero cuál es la forma necesaria para dignificar y respetar a los maestros de nuestro país que aùn y cuando para muchos de ellos las condiciones son adversas, salen a impartir clases, que su experiencia y entrega hacen posible día a día que las aulas de clases se conviertan en la única fuente de aprendizaje y realización de sueños para muchos.
Para Japón el único profesional que no precisa reverenciar al emperador es el maestro. pues según los japoneses en una tierra donde no hay profesores no puede haber emperadores.
La figura de las maestras y los maestros debe ponerse por encima de cualquier funcionario público de nuestro país, ya que desde las aulas saldrán las futuras generaciones de policías, abogados, políticos, médicos, ingenieros jueces y otros; los que van a cuidar a sus ciudadanos, y a velar por sus intereses, si bien es cierto que en los últimos años la profesión del maestro no ha sido la más apoyada deberemos hacer un análisis y reflexión, son los maestros agentes de cambio y transformación de todo un país ya que de ahí se deriva en gran parte los ciudadanos que habitan en él; deberemos hacer un énfasis en su salario ,en las oportunidades de crecimiento a la que se ven obligados a dejar por las excesivas cargas administrativas y por los tramites burocráticos a los que son sujetos, siendo que ellos deberían estar enfocados en la formación integral de los niños, niñas y jóvenes de nuestro país para elevar el nivel educativo se necesitan maestros felices, respetados y bien pagados.
La calidad de la Educación que queremos para nuestro país empieza por sus maestros.
Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo: Malala Yousafzai.

 

Nota Principal

¡Habemus Papam! Sale humo blanco de la tercera fumata; se conocerá al nuevo Papa

¡Blanco ha sido el humo que salió de la chimenea dispuesta por los ingenieros de la Capilla Sixtina y se ha revelado que los cardenales congregados en el Cónclave, por fin llegaron a un acuerdo para elegir al nuevo Papay quien suceda a Francisco como líder de la Iglesia Católica a los ojos del mundo!

Luego de tres fumatas y de realizarse las respectivas votaciones, los cardenales reunidos en el cónclave al interior de la Capilla Sixtina, revelaron que ya hay un nuevo Papa, quien reunió los votos necesarios para ser el nuevo Sumo Pontífice tras los 12 años en los que el argentino Jorge Bergoglio, ocupó la silla papal.

Crédito: AFP

¿Qué pasa después de que sale humo blanco?

Luego de haber salido el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y de haber revelado que ya se llegó a un consenso para encontrar a un nuevo Papa, será el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien salga del balcon central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el tradicional anuncio en latín: «Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam!«, que traducido al español, significa: «Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!».

Después de que diga este anuncio solemne, el cardenal Mamberti comunicará a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el nombre que hayan elegido como nuevo Papa, el número 267 en la historia de El Vaticano. Entonces, tras el «¡Habemus Papam!» y luego de anunciar el nombre del nuevo Sumo Pontífice, el cardenal dirá: «Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum [menciona en latín el nombre del cardenal que será el nuevo Papa] Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem [menciona el apellido del cardenal elegido] qui sibi nomen imposiut [menciona el nombre que el nuevo Papa eligió para su pontificado]».

Esto, traducido al español, significa: «El eminentísimo y reverendísimo señor [nombre del elegido], cardenal de la Santa Iglesia Romana [apellido del elegido] que ha elegido el nombre de [nombre elegido por el nuevo Papa]».

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