Los trabajadores ferroviarios, los maestros y los médicos de emergencias protagonizaron el jueves una de las huelgas más grandes del sector público en Francia durante décadas.
Las redes de transporte en París y ciudades de toda Francia se detuvieron casi por completo cuando los sindicatos convocaron una huelga que amenaza con paralizar a Francia durante días y plantea el desafío más severo a la agenda de reformas de Macron desde que estallaron las protestas de los ‘chalecos amarillos’.
La Torre Eiffel cerró el jueves, los afamados trenes de alta velocidad de Francia estaban parados y los profesores no acudieron a sus puestos de trabajo ante la convocatoria sindical de huelgas y protestas en todo el país contra el plan del gobierno para reformar el sistema de jubilación.
Las autoridades de París bloquearon con barreras el palacio presidencial y movilizaron a 6,000 policías mientras activistas, muchos de ellos con chalecos amarillos representando al movimiento surgido hace un año para reclamar justicia económica, se congregaban para una multitudinaria manifestación en la capital francesa.
Los organizadores esperan que la marcha sea una muestra de descontento con el presidente, Emmanuel Macron, por su reforma estrella, que está considerada una amenaza para el estilo de vida francés. El dirigente se mantuvo «tranquilo y decidido» a seguir Adelante con su plan, según un alto funcionario presidencial.
El Museo del Louvre y otros sitios y monumentos advirtieron de molestias por las protestas, y los hoteles de la ciudad intentaban llenar sus habitaciones. La huelga llevó a muchos visitantes, entre ellos el secretario de Energía de Estados Unidos, a cancelar sus planes para viajar a una de las ciudades más turísticas del mundo.
Varios turistas despistados se encontraron con históricas estaciones de tren vacías por la cancelación de alrededor de 9 de cada 10 trayectos de alta velocidad. En el aeropuerto de París Orly, los carteles mostraban avisos de cancelación y la autoridad de aviación civil reportó que el 20% de los vuelos se quedaron en tierra.
Algunos viajeros mostraron su apoyo a los trabajadores en huelga, pero otros se quejaron por verse inmersos en una lucha que les era ajena.
«Llegué al aeropuerto esta mañana y no tenía ni idea de la huelga. Estuve esperando dos horas en el aeropuerto a que llegara un tren, pero no llegó», señaló Ian Crossen, un turista de Nueva York. «Me siento un poco frustrado. Y he gastado mucho dinero. Aparentemente, gasté más dinero del necesario».
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.