México tiene grandes yacimientos de litio, elemento químico que se convertirá en el «nuevo petróleo» y que hará del país uno de los exportadores de energía más importantes de Latinoamérica, consideró este jueves Víctor Manuel Toledo, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
«El litio va a ser el nuevo petróleo, es la base no únicamente de las computadoras sino de los acumuladores», dijo el funcionario.
Por lo anterior, consideró que México debería ser capaz de producir autos eléctricos, ya que en algunos casos las baterías de dichos vehículos se fabrican con ese material.
«Se nos vienen los autos eléctricos, y México debería de ser capaz de fabricar autos eléctricos en fábricas públicas», agregó.
Indicó que el país se encuentra en una transición energética al igual que el resto del mundo y que en los próximos meses comenzarán los resultados. Con respecto al yacimiento de litio encontrado en Sonora, explicó que el Gobierno actuará de manera estratégica.
Agregó que a la riqueza de México se le agregará el potencial en radiación solar en el noreste del territorio, lo que convertiría a México en potencia en la generación de energía mediante dicha fuente.
«Somos también uno de los países más ricos en radiación solar y vamos a ser un país exportador de energía a Estados Unidos y Latinoamérica. Las dos zonas más importantes en radiación solar en Latinoamérica son el noreste de México, los desiertos, y el cruce de Chile con Bolivia, son las zonas con mayor riqueza energética»,precisó. «Vamos a ser una potencia en energía solar», añadió.
El litio es el tercer elemento de la tabla periódica y ha sido usado desde hace décadas para tratar la bipolaridad y depresión, para obtener mejor aluminio y grasas multipropósito para lubricantes, en el aire acondicionado o para el caucho sintético, según la UNAM.
Pero el ‘boom’ de litio surgió cuando se utilizó para fabricar las baterías para teléfonos celulares, equipos electrónicos de trabajo, para los autos eléctricos y dispositivos recargables, celdas solares o para la generación de energía eólica.
Fuente: El Financiero