Irán prometió vengarse del ataque estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad en el que murió el artífice de las intervenciones de la república islámica en Medio Oriente, y Estados Unidos respondió con el envío de miles de tropas adicionales a la región.
La muerte del general Qassim Soleimani, jefe del grupo élite Fuerza Quds, representa una importante escalada en los enfrentamientos entre Washington y Teherán, que han atravesado varios momentos de crisis desde que el presidente Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear de 2015 e impuso severas sanciones a Irán.
Un nuevo ataque aéreo se registró al norte de Bagdad casi 24 horas después de la ofensiva en la que Soleimani fue abatido, impactando dos vehículos en los que viajaban elementos de la milicia respaldada por Irán y con un saldo de cinco personas muertas, informó un funcionario iraquí que habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizado a discutir el incidente con la prensa.
Las Fuerzas de Movilización Popular, respaldadas por Irán, confirmaron el ataque, señalando que fue perpetrado contra una de sus caravanas médicas cerca del estadio de Taji, al norte de Bagdad. El grupo indicó que ninguno de sus altos mandos falleció en el hecho. Un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato afirmó que su país no perpetró dicho ataque.
El ataque contra Soleimani, y cualquier represalia por parte de Irán, podrían desencadenar un conflicto que involucre a toda la región, poniendo en peligro a las tropas estadounidenses en Iraq, Siria y otras partes del mundo. Durante las últimas dos décadas, Soleimani construyó una red de aliados fuertemente armados que se extiende hasta el sur del Líbano, a las puertas de Israel.
Fuente : AP