Australia llamó a 3000 reservistas militares a desplegarse para hacer frente a los incendios forestales que devastan el país, anunció hoy el primer ministro, Scott Morrison.
La iniciativa de movilizar reservistas se tomó mientras la amenaza de las llamas se agravaban en al menos tres estados con dos nuevas muertes. Se espera además que los fuertes vientos y las elevadas temperaturas pronosticados acerquen el fuego a zonas más pobladas como los suburbios de Sydney.
«Esta decisión permite tener a más hombres en el terreno, más aviones en el cielo, más barcos en el mar», declaró Morrison, criticado por la forma en la que gestionó la crisis de los incendios, que comenzaron en septiembre y que ya lleva un registro fatal de 23 muertos.
El primer ministro australiano también designó a un general de dos estrellas para supervisar la intervención del ejército y desplegó el HMAS Adelaide, un portahelicópteros, que contribuirá a la lucha contra las llamas.
Morrison anunció también la cancelación de sus visitas a India y Japón más tarde este mes. Estaba previsto que viajase a India del 13 al 16 de enero y Japón inmediatamente después. El primer ministro recibió numerosos cuestionamientos de la opinión pública por irse de vacaciones con su familia a Hawaii en diciembre, en plena crisis por los incendios.
Desde hace meses, el ejército australiano ayuda con el reconocimiento aéreo, la cartografía, la búsqueda y rescate, la logística y el apoyo aéreo. Ya se han desplegado unos 2000 soldados.
«El gobierno no ha tomado esta decisión a la ligera», afirmó la ministra de Defensa, Marise Payne.
«Que se recuerde es la primera vez que se llama a un número tan grande de reservistas y, de hecho, incluso creo que es la primera vez en la historia de nuestra nación», recalcó.
Un número más reducido de reservistas ya se había desplegado para combatir incendios en Queensland.
El anuncio llega tras semanas de críticas al primer ministro por la gestión de la crisis.
Se espera un fin de semana catastrófico
Se esperan temperaturas superiores a los 40 ºC y fuertes vientos que podrían avivar los cientos de incendios forestales que devoran el país desde hace cuatro meses. La mayoría de estos focos están fuera de control.
Desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre, al menos 23 personas murieron, decenas están desaparecidas y más de 1300 casas han quedado reducidas a cenizas. Ha ardido una superficie equivalente al doble de Bélgica.
El comisionado del Departamento Rural de Bomberos Shane Fitzsimmons dijo que el incendio Green Wattle Creek, de 264.000 hectáreas que arde en un parque nacional al oeste de Sydney podría extenderse hacia los suburbios de la urbe.
«Existe la posibilidad de que el fuego se extienda por la presa (Warragamba) y hacia los suburbios del oeste de Sydney», declaró. «Las llamas tienen el potencial de acercarse a zonas más pobladas por la tarde».