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Aparece “arcoíris al revés”; lo consideran una señal de esperanza

Usuarios de redes sociales consideraron que el fenómeno es una señal de que las cosas mejorarán después de la pandemia de Covid-19.

“Todo va a estar bien”, es la idea que cientos de usuarios comenzaron a apoyar en redes sociales, tras la aparición en el cielo de un ‘arcoíris al revés’, que muchos han considerado como una señal de que vendrán tiempos mejores cuando el mundo logre superar la pandemia de coronavirus.

El peculiar fenómeno óptico y meteorológico se registró el pasado domingo 19 de abril, cerca del lago de Garda, en Italia, uno de los países más afectados por el Covid-19, que ha provocado 24 mil 648 muertes hasta la fecha.

Pese a su apariencia, el meteorólogo David Schultz, de la Universidad de Manchester, precisó en entrevista con la BBC, que el fenómeno en realidad no es un arcoíris, sino un ‘arco circuncenital’ o ‘arco de Bravais’.

«La gran diferencia está en que los arcoíris son producidos por la curvatura de la luz y la separación de colores a través de las gotas de agua que caen de las nubes».
David Schultz, meteorólogo.

En cambio, explicó Schultz, el ‘arco circuncenital’ se produce cuando los rayos de sol se doblan a través de cristales de hielo atrapados en las nubes y se separan, formando colores.

El especialista señaló que los “arcoíris al revés” no son tan extraños como se podría pensar, aunque es en las zonas polares donde suelen aparecer, con colores muy intensos y muy cerca del sol.

En Italia, las condiciones meteorológicas hacen que su aparición sea poco frecuente.

En redes sociales, la noticia sobre el fenómeno se viralizó, pues muchos consideraron que al dibujar una “sonrisa» en el cielo, el arco era una especie de señal de esperanza, de que «todo va a estar bien», ante los difíciles tiempos que se prevén por los efectos del coronavirus en la economía.

Agencias

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Periodista estadounidense sobrevive seis días en un parque nacional de Noruega comiendo pasto y bebiendo su propia orina

Lo que comenzó como una excursión solitaria para admirar uno de los glaciares más imponentes de Noruega terminó convertido en una odisea de supervivencia. Alec Luhn, periodista especializado en temas climáticos y con amplia experiencia en actividades al aire libre, pasó seis días atrapado en el Parque Nacional Folgefonna después de caer por una ladera y sufrir múltiples fracturas.

El accidente ocurrió el 31 de julio, en el primer día de lo que sería una caminata de cuatro jornadas hacia Breidablikkbrea, uno de los glaciares más grandes del país. Su esposa había regresado a Inglaterra, confiada en que no tendría noticias de él hasta el 4 de agosto, fecha de su vuelo de regreso. Esa circunstancia retrasó el aviso de desaparición y prolongó la espera.

Mientras ascendía por un sendero, Luhn notó que la suela de su bota izquierda comenzaba a despegarse, pero decidió continuar. Más tarde, al intentar avanzar hacia otro valle, resbaló y se precipitó montaña abajo. El golpe contra una roca le provocó fracturas en el fémur, la pelvis y varias vértebras, además de lesiones en la cabeza y las manos. Inconsciente por un tiempo, al despertar comprendió la gravedad: sin teléfono, agua ni movilidad, debía resistir hasta que alguien advirtiera su ausencia.

Durante esos días, sobrevivió gracias a los pocos alimentos que conservaba en su mochila, además de musgo y pasto. Ante la falta de agua, recurrió a medidas extremas: bebió su propia orina en pequeñas dosis y hasta la sangre de una ampolla en su mano. Más tarde, la lluvia le permitió recolectar gotas en su saco de dormir, aunque la humedad terminó provocándole hipotermia y, con el paso de las horas, severas congelaciones en los pies.

El 4 de agosto su esposa, Veronika Silchenko, reportó su desaparición desde Brighton, al sur de Inglaterra. Equipos de rescate noruegos iniciaron la búsqueda, dificultada por la lluvia y la niebla. Luhn llegó a pensar que no saldría con vida. Finalmente, el 6 de agosto fue localizado y trasladado a un hospital en Bergen.

Los médicos confirmaron que, además de las fracturas, padecía daño severo por congelamiento, pero su pronóstico es favorable y se espera una recuperación completa. Desde la cama del hospital, Luhn confesó que lo sostuvo el pensamiento de su familia: “Pasé mucho tiempo reflexionando en lo absurdo que era morir por querer hacer una caminata alrededor de un glaciar. Estar atrapado ahí me hizo ver claramente qué lamentaría si no sobrevivía”.

Silchenko, también periodista, asegura que nunca dudó de la fortaleza física y mental de su esposo. Aun así, bromeó con una condición inquebrantable: “Estoy segura de que volverá a caminar en las montañas, pero solo ya no. Está oficialmente vetado de las excursiones en solitario”.

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