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Ciencia y Tecnología

WhatsApp: el cambio que los usuarios no quieren pero parece inevitable

Facebook sabe de su potencial en marketing y ha buscado cómo capitalizarlo. Informes de inicio de año apuntaban a que el tema de la publicidad estaba detenido… pero parece que no.

De entre todas las aplicaciones de mensajería que existen WhatsApp es la de mayor penetración, sus más de 2 mil millones de usuarios a nivel global, así lo indican, esto independientemente de que haya otras opciones igual o mejores en cuanto a funcionalidad y seguridad.

Sin duda es la de mayor uso, lo que la convierte en una vitrina muy atractiva para las marcas o el marketing y publicidad, como se quiera ver. Esto lo sabe Facebook y por eso busca capitalizar este potencial.

El tema se calmó a inicios de año, sin embargo, un reporte de The Information reveló que la compañía de Menlo Park no ha abandonado esta idea y seguirá adelante con los anuncios en WhatsApp en el futuro, una vez que haya completado su plan para unificar sus aplicaciones de mensajería.

Más aún, el sitio Engadget se puso en contacto con Facebook y, de acuerdo con su reporte, un portavoz de la compañía confirmó que “los anuncios en estado siguen siendo una oportunidad a largo plazo para WhatsApp”.

El contexto de algo no deseado
Ciertamente no podemos determinar con exactitud a qué se debe la popularidad de WhatsApp pese a que mensajeros como Telegram, Line y WeChan han sido más innovadores en su momento. Y, seguro no es porque sea propiedad de Facebook o estadounidense, veamos a TikTok y su crecimiento demoledor con más de 800 millones de usuarios en poco tiempo.

El punto de todo esto es debido a que el alcance y tiempo que invierten los usuarios en WhatsApp la han posicionado como estratégica en los planes de la compañía de Mark Zuckerberg, y uno de los más polémicos es el de incluir publicidad.

Para darnos una idea del por qué, datos recopilados por The Human Trace señalan que durante la segunda semana de marzo -en el contexto del distanciamiento social- los usuarios de esa app invierten 62 minutos al día en ella, superando a Facebook, Instagram y a Twitter.

Eso explica el porqué la idea de meterle publicidad. De hecho, sobre este tema se lleva hablando ya algunos años, en 2017 se supo que comenzaron a hacer pruebas, un año más tarde se informó sobre cómo las versiones beta ya abrían la posibilidad a que las marcas puedan enviar anuncios o mensajes de mercadotecnia a los usuarios a través de los grupos y también se planteó la posibilidad de que la publicidad llegara a los Status.

Todo se calmó en enero de este año cuando fuentes citadas por el diario The Wall Street Journal señalaron que Facebook suspendió sus planes de introducir publicidad en la red de mensajería instantánea de su propiedad, WhatsApp.

¿Un paso lógico?
Diversos especialistas apuntan a que en las aplicaciones de mensajería se disputará la atención de los usuarios y, por lo tanto será la cancha en que las marcas deberán competir por capturarla.

Al respecto, proyecciones entregadas por eMarketer, apuntan que este año habrán más de 2 mil 520 millones de usuarios de apps de este tipo a nivel mundial, lo que hace suponer que la tesis anterior tiene lógica. Esto se refuerza si consideramos que datos de Visual Capitalist revelan que actualmente se envían más de 41.6 millones de mensajes móviles por minuto.

Facebook lo sabe y por ello tiene un plan para integrar a sus tres plataformas (Instagram y WhatsApp) para que su alcance y potencial sea aún mayor. Sin embargo, la experiencia de usuario quedaría en segundo plano y es una realidad que para los usuarios las apps de mensajería representan uno de los escenarios digitales donde ún se puede conservar algo de privacidad, si llegara la publicidad esto cambiaría.

Fuente: Merca 2.0

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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