La desaparición de las bancadas en el Senado del Partido Encuentro Social (PES) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ordenada este miércoles por la Mesa Directiva, acerca a Morena a tener la mitad de los escaños e incluso la mayoría simple en la Cámara alta.
En particular, con la disolución del grupo parlamentario del PES, se abre la puerta a que las cuatro senadoras que lo integraban —Katya Elizabeth Ávila, Sasil de León Villard, Elvia Marcela Mora y Eunice Romo— pasen a la bancada de Morena, partido del que el PES ha sido aliado electoral y legislativo desde 2018.
Esa eventual integración, que aún tendría que formalizarse, elevaría de 60 a 64 el número de integrantes de la bancada morenista, con lo que la fuerza política fundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador tendría la mitad de los 128 asientos del Senado, y estaría a solamente un escaño de contar con la mayoría simple que le bastaría para aprobar nuevas leyes o reformas a las ya existentes.
Junto con sus otros aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Morena alcanzaría esa mayoría simple con un total de 77 votos, pero aún no llegaría a la mayoría calificada que requieren las reformas a la Constitución, es decir, dos terceras partes de la Cámara alta.
La desaparición de las bancadas del PES y del PRD fue ordenada por la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández Balboa, de Morena, bajo el argumento de ninguna de ellas contaba ya con el mínimo de cinco legisladores exigido por norma para que se pueda constituir un grupo parlamentario.
Miguel Ángel Mancera, quien fungía como coordinador del PRD, este jueves se declaró “sorprendido” con la decisión. Hasta ahora, los perredistas han formado parte del bloque de oposición a Morena, al lado de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC).
Este ajuste impulsado por Morena debe entenderse como una señal política, consideró el académico y doctor en Ciencia Política Sergio Bárcena, pues la correlación de fuerzas se mantiene como estaba, con tres bancadas de oposición y dos bancadas con Morena, pero lo que es significativo es que se le cierran espacios al PRD.
“En realidad no hay gran cambio. Muy pocas votaciones han sido cerradas. Los del PRD van a seguir votando por conveniencia y, a veces, van a estar cercanos incluso a Morena. Era una bancada pequeña. Su peso era importante ahorita en la Comisión Permanente, pero en el pleno tenían un peso relativo”, dijo.
Para Bárcena, también hay una señal directa contra Miguel Ángel Mancera, exjefe de gobierno de la Ciudad de México (2012-2018).
Desde finales de abril, Mancera se sumó al llamado bloque opositor y su participación fue clave para frenar el avance en el Senado de las iniciativas del presidente López Obrador. En particular, se impidió un periodo extraordinario para modificar la Ley de Presupuesto y permitir al mandatario hacer cambios al gasto aprobado por los diputados.
Fuente: Expansión