El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha puesto en su mira a la élite de las autoridades mexicanas, asegura el diario The Washington Post.
En un reportaje firmado por Kevin Sieff, jefe de la oficina para México y América Central del influyente rotativo estadunidense, se destaca el cambio en la estrategia de las organizaciones criminales mexicanas, que no solían tener entre sus objetivos a funcionarios gubernamentales, en sentido contrario al de sus similares sudamericanos.
“A diferencia de los cárteles de la droga en la Colombia de Pablo Escobar, las organizaciones mexicanas de narcotráfico rara vez se han dirigido a altos funcionarios, en parte para evitar un enfrentamiento con el estado y en parte porque consideran que el soborno es una herramienta más útil que el asesinato.
“Aunque los políticos locales han sido objetivos frecuentes, los gobernadores estatales y los funcionarios federales no lo han sido”, señala el reportaje, que destaca el reciente atentado contra el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, y las amenazas al gobernador jalisciense Enrique Alfaro y a la comisionada nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra.
“Antes de que supuestamente intentaran asesinar al jefe de policía de esta ciudad, los soldados de infantería del cártel de drogas más poderoso de México ya habían dejado una estela sangrienta en todo el país”, recuerda el WP.
Sieff expone que, previo al atentado contra García Harfuch, hombres armados mataron al juez federal, Uriel Villegas Ortiz, y a su esposa, Verónica Barajas, en Colima. “Villegas Ortiz se hizo famoso al presidir el caso que permitió la extradición a los Estados Unidos de Rubén Oseguera, conocido como El Menchito, un hijo del jefe del cártel de Jalisco”, señala.
Fuente: Proceso