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Revista

Este fue el acto criminal de Walter que más horrorizó a Bryan Cranston en el rodaje de Breaking Bad

La historia de Walt (Bryan Cranston) convirtiéndose en Heisenberg, un narcotraficante que justifica cada acto malvado y no se detendrá ante nada en su búsqueda de poder, es realmente una historia de un hombre que pierde su alma en Breaking Bad de AMC.

Sin embargo, el actor Bryan Cranston tiene poco en común con el personaje que interpretó en la serie. Aunque ganó el Emmy al Mejor Actor Principal en una Serie de Drama por su representación de Walt, en el fondo Cranston estaba horrorizado por las acciones que estaba haciendo en la pantalla.

Esto incluye una escena fundamental que los fanáticos nunca olvidarán. Cranston reveló que la escena más difícil de rodar fue: ”I’m a Weeping Mess”. En esta escena, Walter White a propósito deja que Jane Margolis mueriera.

La novia de Jesse Pinkman, Jane, no fue la primera víctima del egoísmo de Walt. Pero su muerte aún resonaba como una de las peores cosas que Walt había hecho, especialmente porque no era parte del juego de las drogas.

La escena en cuestión, ocurre durante el episodio 12 de la temporada 2, «Phoenix», en la que Jane había decidido chantajear a Walt por la parte de las ganancias de metanfetamina de Jesse y trabajó para convencerlo de que abandonara la sociedad y huyera con ella.

Más tarde, Walt va a la casa de Jesse para confrontarlo y lo encuentra a él y a Jane desmayados en la cama. La parafernalia de drogas en la mesita de noche confirma que están drogados con drogas.

Walt es testigo de que Jane toma una sobredosis de heroína y se ahoga con su propio vómito. Su primer instinto es salvarle la vida, pero, pensando en lo que podría ganar con su muerte, Walt la observó morir y no intervino. Sale del departamento y deja que Jesse se despierte junto al cadáver de su novia.

Para empeorar las cosas, las acciones de Walt causan indirectamente un accidente aéreo. El padre de Jane, Donald, es un controlador de tráfico aéreo que tiene un colapso mental en el trabajo después de la muerte de su hija, lo que hace que dos aviones choquen en el aire y se maten todos a bordo.

Bryan Cranston, manifestó que tuvo dificultades para filmar la escena de la muerte de Jane. El actor en ese momento era un actor veterano que había hecho muchas escenas dramáticas.

Pero la muerte de Jane lo afectó a nivel personal. Más tarde le dijo a IndieWire que se imaginó a Krysten Ritter, quien interpretó a Jane, como su propia hija. Esto dijo:

«En una fracción de segundo, la cara de [Krysten] perdió todas sus características, y de eso surgió la cara de mi verdadera hija que murió ahogada».

Después de que el director gritó corte, Cranston dejó salir sus emociones, manifestando recordando:

«Soy un desastre llorón. Afortunadamente, tienes a tu familia a tu alrededor, y fui a ver a Anna Gunn [Skyler White] y ella me abrazó».

Fuente: Vader

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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