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México

Explica AMLO cómo quiere hacer el grito; 500 personas solamente

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El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que en la ceremonia del Grito de Independencia de la noche del 15 de septiembre se permitirá que, guardando sana distancia por la contingencia sanitaria del coronavirus, haya 500 personas en la plancha del Zócalo, representando a las 32 entidades federativas, y quienes, a propuesta suya, portarán antorchas para mandar el mensaje de que mantiene viva «la llama de la esperanza».

En conferencia de prensa, el titular del Ejecutivo federal adelantó que un día después, en el desfile militar del Día de Independencia “no será el desfile de siempre”, debido a que, indicó, habrá menos contingentes respecto al año pasado como medida sanitaria por el Covid-19.

“¿Cómo se va a llevar a cabo (¿la ceremonia del Grito? Guardando la sana distancia, claro que va a ser en el balcón (presidencial de Palacio Nacional), ¿quiénes van a estar en la plancha en toda la plancha? Pueden estar 500 personas, bien separadas, y yo hice la propuesta -hay un comité de esta ceremonia- yo hice la propuesta de que sea con antorchas. ¿Para qué? Para mandar el mensaje de que sigue encendida, la llama de la esperanza, porque así es, la gente mantiene la esperanza y la esperanza es una fuerza muy poderosa”.

“Entonces se puede cuidar, en toda la plancha, 500 personas con representación de los 32 estados, o las 32 entidades federativas, y los medios, es decir, transmisión por radio, televisión, desde luego, la prensa escrita y desde los domicilios la gente puede participar, ver la ceremonia del Grito”.

En Palacio Nacional, el mandatario informó que en el caso del desfile de las Fuerzas Armadas del 16 de septiembre “no será el desfile de siempre”, donde participan regularmente miles de personas, “sino será una ceremonia conmemorativa, sin muchos contingentes, guardando la sana distancia. Todo a partir de los protocolos de salud”.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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