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¿Es delito golpear a un ladrón como pasó con el de la ‘combi’?

Muchos se preguntan si es un delito golpear a un ladrón como ocurrió en un video viral de Edomex, pero ¿qué dicen las leyes? Captura de pantalla video Anonymous Hispano

¿Es delito golpear a un ladrón en México? Muchas personas se preguntaron esto después de que pasajeros del transporte público de Edomex arremetieron contra un sujeto que intentó asaltarlos en un video viral.

Mas no ha sido el único caso. En esta semana, se difundió que un asaltante falleció en Iztapalapa luego de que vecinos hicieron justicia por su propia mano. Además, el Cuautitlán Izcalli hubo un evento similar que fue difundido en una grabación.

Pero ¿qué dicen las leyes sobre esto?

De acuerdo con los Códigos Penales estatales, golpear a un ladrón podría ser considerado un delito si se cruzan ciertas líneas.

En el Estado de México, donde tuvo lugar el incidente viral del asaltante de la combi, la defensa propia en exceso podría incluso llevarte a prisión. Y es que, según su legislación, podrías hacerte acreedor de una multa que va de los 3 mil 696.6 a los 11 mil 89.8 pesos. E incluso hasta seis meses a siete años de cárcel.

Sin embargo, se podría atenuar la sanción:

(Que) en ningún caso la pena exceda de las dos terceras partes de las que correspondería al delito simple”, establece el artículo 66 del Código Penal mexiquense.

Por lo tanto, si se excede la defensa propia al golpear a un asaltante, la pena podría alcanzar entre dos y cuatro años de prisión. Así como una multa de 3 mil 726 ya con la atenuación. No obstante, esto dependería de la atenuación de un juez.

Fuente: Noticieros Televisa/ El Big Data.

Deportes

Dodgers se enfrentan al ICE: rechazan uso del estadio como base para redadas migratorias

En un acto sin precedentes, los Dodgers de Los Ángeles negaron este jueves el acceso a vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a los estacionamientos del Dodger Stadium, en lo que representa una clara postura frente a las redadas migratorias que han estremecido a la comunidad latina en California.

La organización deportiva, considerada uno de los símbolos más influyentes de la ciudad, emitió un mensaje contundente a través de su cuenta oficial en X: “Esta mañana, ICE agentes llegaron al Dodger Stadium y solicitaron permiso para acceder a los estacionamientos. La organización les negó la entrada. El juego de esta noche se jugará según lo programado.”

Fuentes locales señalan que los vehículos del ICE —algunos adaptados para operaciones logísticas y detenciones— habían intentado establecer una posible área de concentración temporal cerca de la Puerta E, en Elysian Park, como ha sucedido en otras zonas como Hollywood o Pasadena. Sin embargo, la administración del equipo, respaldada por el carácter mayoritariamente privado del inmueble, ejerció su derecho de admisión para frenar el intento.

Parte del terreno del estadio sigue en manos del expropietario Frank McCourt, pero la decisión final fue consensuada dentro de la directiva del club, que ha enfrentado presión en días recientes para asumir un rol más activo frente a las detenciones migratorias.

Ese mismo día, se esperaba que los Dodgers presentaran un plan de apoyo a organizaciones que brindan asistencia a inmigrantes afectados por redadas. Lo ocurrido marca, según activistas y medios locales, “la primera respuesta contundente” del club en defensa de su afición migrante, históricamente base fundamental de su identidad y legado.

Alrededor de dos decenas de manifestantes se congregaron de manera pacífica frente al estadio para exigir el retiro del ICE y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas. La Policía de Los Ángeles (LAPD), a solicitud del equipo, mantuvo a los manifestantes fuera del acceso principal.

La concejala Eunisses Hernández, en declaraciones posteriores, criticó la presencia de ICE en zonas cercanas al estadio y celebró la decisión de los Dodgers al señalar: “Propiedad privada es diferente. Pueden decir: ‘no en mi propiedad’.”

También hubo pronunciamientos dentro del vestidor. El pelotero puertorriqueño Kiké Hernández expresó públicamente su respaldo a la comunidad migrante, sumándose al mensaje de inclusión que la organización ha querido reforzar.

Pese a la tensión, el encuentro entre Dodgers y Padres se celebró sin contratiempos, con gradas llenas y sin alteraciones en el campo. Pero el gesto del club no pasó desapercibido: en una ciudad donde la inmigración es parte esencial del tejido social, los Dodgers han decidido no quedarse al margen.

Lo sucedido podría marcar un precedente sobre el papel que equipos deportivos pueden asumir ante políticas migratorias controvertidas. En un momento donde el deporte y la política se entrelazan más que nunca, los Dodgers no solo jugaron un partido este jueves: también fijaron una postura.

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