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Asesinaron al padre de Luis Miranda Nava, ex secretario de Sedesol en el sexenio de Peña Nieto

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La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) informó que la mañana de este martes 11 de agosto que encontraron sin vida a Luis Miranda Cardoso, padre de Luis Enrique Miranda, ex titular de Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y diputado del PRI, en su domicilio en Toluca, Estado de México.

La fiscalía informó en una tarjeta informativa que “las primeras diligencias en el lugar han permitido establecer, de manera preliminar, que el posible móvil de este homicidio es un robo a casa habitación, sin embargo, con el avance en la indagatoria se podrá fortalecer o descartar esta primera hipótesis”.

Los hechos ocurrieron a unos metros de la notaría de la que era titular Miranda Cardoso. Por el momento, el sitio está acordonado y hay dos camionetas de escoltas particulares, que impiden el paso vial.

La FGJEM condenó el hecho y dará a conocer el resultado de las investigaciones conforme reúna las pruebas, y se realicen más diligencias ministeriales.

Miranda Cardoso era titular de la notaría 166, con sede en Toluca, fue presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado de México, durante la gubernatura de César Camacho Quiroz y de Arturo Montiel Rojas, otros cargos que desempeñó fue director jurídico, subsecretario de Asuntos Jurídicos y secretario de Administración y Finanzas.

En tanto, su hijo, Luis Enrique Miranda en el Estado de México fungió como secretario de Finanzas en la administración de Arturo Montiel (2002-2005) y secretario de Gobierno con Enrique Peña Nieto.

Posteriormente, fue subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación, del 2009 al 2011, y cuando Peña Nieto fue presidente fue secretario de Desarrollo Social (2016 al 2018). Ahora se desempeña como diputado de la bancada del Partido Revolucionario Institucional.

Fuente: Infobae

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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