Conecta con nosotros

Opinión

La doble pandemia: Violencia de género. Por Itali Heide

Itali Heide

En marzo de este año, millones de mujeres de cada rincón en México se manifestaron para exigir igualdad y seguridad en un país históricamente feminicida y machista. Tanto en las calles como en el mundo digital, #NiUnaMenos resonó en nuestras mentes.

Más de 80 mil mujeres se manifestaron en CDMX el pasado 8 de marzo. (Foto: Sopitas.com)

Cuando COVID-19 pasó de ser una preocupación lejana a una realidad alarmante, las voces demandando igualdad fueron eclipsadas por las tremendas consecuencias que seguimos viviendo los mexicanos durante esta pandemia.

Antes de que se pudieran abordar y solucionar los problemas de violencia de género, por los que lucharon millones de mujeres en todo el mundo, el enfoque nacional e internacional se desplazó hacia otros asuntos de importancia.

El hecho de que haya perdido magnitud no significa que la violencia haya dejado de existir. En México, se registró un aumento preocupante en asesinatos de mujeres, llamadas relacionadas con violencia, y aperturas de investigaciones penales por violencia familiar durante la contingencia sanitaria.

‘Ninguna mascarilla nos protege de la violencia’, declara Dolores Iglesias poderosamente. Su madre, Cristina y su hermana Ada, de tan solo siete años, fueron víctimas de un doble femicidio durante la cuarentena en Argentina. ‘El Coronavirus le puede tocar a un empresario o a un presidente. En cambio, los femicidios nos pasan solo a nosotras. (…) Los femicidios son una pandemia que no pasa’, reflexiona la joven desgarrada.

Dolores (izq) con Cristina y Ada, madre e hija asesinadas durante la cuarentena. (Foto: Dolores Iglesias)

Solamente en los primeros dos meses de la cuarentena, la Red Nacional de Refugios atendió 77% más mujeres que en el mismo periodo del año pasado. Los registros de llamadas de emergencia al 911 demuestran un aproximado de 143 llamadas por hora relacionadas con violencia sexual y familiar en contra de mujeres y niñas.

De acuerdo con Equis Justicia, los tres factores por los que la violencia contra mujeres se incrementó:

  • El aislamiento implica un incremento de riesgo al pasar más tiempo con los agresores.
  • La crisis económica puede generar frustración, miedo y dificultades para cubrir las necesidades del hogar.
  • La reducción de trabajo en las redes de apoyo que normalmente ofrecen ayuda a mujeres en riesgo.

La violencia doméstica incrementó durante la contingencia sanitaria. (Foto: Foro Jurídico)

Los datos son escalofriantes: 66% de las mujeres mayores de 15 años han sufrido algún incidente de abuso emocional (49%), sexual (41.3%), físico (34%), o económico (29%). Al igual que COVID-19, la violencia de género en México representa una pandemia sin cura. ¿El virus? El machismo sistémico, cuyo cimiento es la ideología social y política que denigra a las mujeres.

La violencia de género a contraluz de la pandemia nos pone de frente la necesidad de considerar el impacto imparable que genera el machismo sistémico en el día a día a más de 60 millones de mujeres y niñas en México.

De enero a junio 2020 se registraron 489 feminicidios. (Foto: Alfredo Estrella)

Si tú o alguien que conoces está en una situación de riesgo, consulta esta guía creada por la OMS sobre la violencia de género en tiempos de contingencia sanitaria.

Para contactar directamente a la línea de Atención a Mujeres en Situación de Violencia, marca al 800 1084 053 desde cualquier parte de México.

Opinión

La urna. Por Raúl Saucedo

Lo que se viene

La próxima semana, México se adentra en un territorio inexplorado en su historia democrática: la elección directa de jueces, magistrados y ministros. Un experimento audaz que, aunque revestido de buenas intenciones, plantea desafíos logísticos y políticos de magnitudes considerables. La promesa de un poder judicial más cercano al pueblo, más transparente y menos susceptible a las influencias partidistas, choca de frente con la complejidad inherente a un proceso electoral de esta naturaleza.

La idea de que los ciudadanos elijan a quienes impartirán justicia resuena con fuerza en un país donde la desconfianza hacia las instituciones es palpable. Sin embargo, transformar esa aspiración en realidad práctica exige superar obstáculos que van desde la logística hasta la información. ¿Cómo garantizar que millones de votantes conozcan a fondo los perfiles de los candidatos, sus trayectorias y sus posturas ante temas cruciales? La campaña electoral, con sus tiempos limitados y sus recursos restringidos, se antoja insuficiente para lograr una difusión efectiva.

La urna, ese símbolo de la democracia, se convierte ahora en el escenario de una decisión compleja. A diferencia de las elecciones para cargos ejecutivos o legislativos, donde las plataformas políticas y las promesas de campaña son más accesibles, la elección de jueces y magistrados demanda un conocimiento técnico y jurídico que escapa al ciudadano promedio.

¿Cómo evitar que la votación se convierta en un mero ejercicio de popularidad, donde los nombres más conocidos o los rostros más mediáticos se impongan sobre la idoneidad y la experiencia?

La logística electoral también representa un reto mayúsculo. La organización de una elección a nivel nacional, con miles de candidatos y millones de votantes, exige una coordinación impecable. ¿Cómo asegurar la transparencia y la equidad en un proceso donde la vigilancia y la fiscalización se multiplican exponencialmente? La sombra del fraude y la manipulación, siempre presente en los debates electorales, se cierne con mayor intensidad sobre una elección de esta naturaleza.

Más allá de los desafíos logísticos, la elección del poder judicial plantea interrogantes sobre su independencia y su imparcialidad. ¿Cómo evitar que los jueces y magistrados electos se conviertan en rehenes de los intereses políticos que los impulsaron? ¿Cómo garantizar que su lealtad se mantenga incólume ante las presiones y las demandas de los grupos de poder? La línea entre la legitimidad democrática y la politización de la justicia es delgada y peligrosa.

Este experimento democrático, sin duda, marcará un hito en la historia de México. Su éxito o fracaso dependerá de la capacidad de las instituciones y de la ciudadanía para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades. La transparencia, la información y la participación serán los pilares de un proceso que, de salir bien, podría fortalecer la democracia y la justicia en el país.

Mientras tanto yo seguiré viendo en mis redes sociales las fotografías y entrevistas de lo que pareciera hace más de 15 años campañas técnicas universitarias y de lo que hoy de tanta cantaleta se convierte en realidad “El Futuro de México”

@RaulSaucedo

_

rsaucedo@uach.mx

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto