Gracias a la creciente evidencia de que la obesidad puede incrementar el riesgo de una enfermedad grave con la infección del nuevo coronavirus, diversos estados de México están tomando medidas para prohibir la venta de comida chatarra a menores.
El lunes, legisladores de Tabasco votaron a favor de prohibir la venta de bebidas azucaradas y alimentos altamente procesados a cualquier persona menor de 18 años. Sólo 12 días después de que Oaxaca tomara acciones similares.
La pandemia ha provocado una explosión de conciencia sobre las razones que explican la vulnerabilidad de los mexicanos a ciertas enfermedades, y ha dado lugar a nuevas y ambiciosas leyes en al menos 10 estados y la Ciudad de México. Manuel Gordillo Bonfil, diputado local de Tabasco, declaró que la pandemia de Covid-19 es una oportunidad para establecer políticas públicas que protejan la salud de los niños.
Los detalles de la prohibición en Tabasco siguen bajo discusión, pero el voto fue de 22 a favor y 8 en contra.
Con la ley antichatarra, el estado sureño de Oaxaca, en una votación de 31 contra 1, prohibió la venta de productos como frituras, dulces, refrescos y otras bebidas azucaradas a menores de 18 años, lo que coloca a estos productos en la misma categoría que los cigarros y las bebidas alcohólicas. La ley establece multas, clausura de comercios y prisión para acusados recurrentes. La prohibición también incluye máquinas expendedoras en escuelas.
«Estas leyes son un gran logro para la salud pública por la atención que reciben a nivel global,» dice Rafael Pérez-Escamilla, profesor de la Escuela de Salud Pública de Yale. «La pandemia está subrayando la necesidad de poner a la salud pública al frente y al centro.»
La Organización Mundial de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura han emitido declaraciones enfáticas de apoyo a las nuevas leyes, pero la resistencia también ha sido eficiente. En un evento en Berriozabal, Chiapas, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, describió a las bebidas azucaradas como “veneno embotellado”. La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) emitió un comunicado donde alegó que el funcionario estaba estigmatizando injustamente la categoría.
La industria de alimentos argumenta que las tiendas de abarrotes y autoservicio, que dependen en gran medida de la venta de refrescos, serán afectadas por las nuevas leyes.
“Puede que sea cierto” dice Pérez-Escamilla. “El gobierno tendrá que idear soluciones para eso. Pero este es un mensaje contundente a toda la sociedad, esta situación debe ser tomada en serio. Es importante que empoderemos a padres y maestros, porque las escuelas son un objetivo central.”
De acuerdo con un estudio publicado en enero por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 73 por ciento de los mexicanos tiene sobrepeso y 34 por ciento tiene obesidad mórbida. Oaxaca, uno de los estados más pobres del país, tiene uno de los niveles de obesidad más altos, de acuerdo con la encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2019. Las comunidades indígenas están particularmente expuestas a prácticas publicitarias predatorias y a los precios bajos de alimentos chatarra.
«Este sistema ha hecho que sea muy sencillo para los niños acceder a alimentos altos en calorías, bajos en nutrientes y ultra procesados,» dice Pérez-Escamilla.