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Trazan la ruta para juicio a expresidentes de México

El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que la mejor forma de llevar a cabo una consulta popular para preguntar a la sociedad si se enjuicia a los exjefes del Ejecutivo por casos del pasado, como el de Odebrecht, sería que los mismos ciudadanos presentaran una solicitud de consulta o, en su defecto, los legisladores. Aunque indicó que no descarta pedir él mismo que se lleve a cabo.

“Estoy informando a tiempo, lo mejor sería que las firmas las aportaran los ciudadanos; si no alcanza el tiempo, la segunda posibilidad es que lo hagan legisladores y la tercera es que lo solicite el Presidente. Yo voy a esperar hasta el final, pero no descarto la posibilidad de hacerlo, porque es democracia, aunque yo vote en contra de que se juzgue a los expresidentes”, expresó.

La ley marca que del 1 al 15 de septiembre, el Presidente de la República, una tercera parte de cualquiera de las cámaras del Congreso o los ciudadanos, en un número equivalente a al menos 2% de los inscritos en la lista nominal de electores, puedan solicitar la realización de una consulta popular sobre temas de trascendencia nacional.

El Presidente explicó que la propuesta surgió a partir de su demanda de justicia en torno a los presuntos casos de corrupción en el que están siendo procesados en México el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, y en Estados Unidos el exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna.

Dice que la puede solicitar 30% de una Cámara, 2% de la Lista Nominal y no descarta solicitarla él mismo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dio luz verde a los ciudadanos o legisladores para que en el periodo que contempla la ley, del 1 al 15 de septiembre próximos, soliciten la realización de una consulta popular para saber si se enjuicia a los expresidentes del país por casos del pasado, como Odebrecht.

Recordó que existen tres mecanismos que contempla la Ley Federal de Consulta Popular para hacer uso de este ejercicio: la petición del Presidente de la República, una tercera parte de cualquiera de las cámaras del Congreso o los ciudadanos, en un número equivalente a al menos 2% de los inscritos en la Lista Nominal de Electores, alrededor de un millón 600 mil.

Recordó que en caso de que sean los ciudadanos quienes lo propongan, no pasa ya a aprobación del Congreso, va directo a la Corte: “También la solicitud, si se aprueba en el Congreso, va a la Corte y la Corte dictamina si es constitucional, es decir, si procede; y si procede, va al INE para organizar la consulta.

“Estoy informando a tiempo, lo mejor sería que las firmas las aportaran los ciudadanos; si no alcanza el tiempo, la segunda posibilidad es que lo hagan legisladores y la tercera es que lo solicite el Presidente. Yo voy a esperar hasta el final, pero no descarto la posibilidad de hacerlo porque es democracia, aunque yo vote en contra de que se juzgue a los expresidentes”.

La propuesta surgió a partir de su demanda de justicia en torno a los presuntos casos de corrupción en el que están siendo procesados en México, el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya y en Estados Unidos el exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna y por los cuales deben declarar todos los implicados, incluso, si lo llama la Fiscalía General de la República, estaría en disposición a acudir, manifestó.

La consulta, anticipó, podría realizarse el día de la elección federal, el 6 de junio de 2021.

“No quiero ser verdugo, ni me mueve la venganza”, aclaró.

Durante su conferencia de prensa, el mandatario explicó que cada uno de estos procesos deberá implicar la devolución de lo sustraído al erario público.

Fuente: Excelsior

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Trump y Musk rompen públicamente: amenazas, acusaciones y un choque con consecuencias políticas y económicas

WASHINGTON (CNN) — Lo que alguna vez fue una de las alianzas más poderosas e influyentes en la política estadounidense ha estallado de manera espectacular. El presidente Donald Trump y el magnate tecnológico Elon Musk protagonizaron este jueves un enfrentamiento público cargado de acusaciones, amenazas de represalias económicas y hasta insinuaciones sobre el escándalo Epstein.

Todo comenzó cuando Trump expresó su “profunda decepción” con Musk tras las críticas del empresario al proyecto estrella del presidente: un gigantesco paquete legislativo republicano sobre impuestos, gasto, energía y migración. “Teníamos una gran relación. No sé si la tendremos más”, dijo Trump desde la Oficina Oval.

Musk respondió con artillería pesada desde su red social X, afirmando que Trump no habría ganado la elección de 2024 sin su ayuda y calificando su actitud de “ingratitud”. La guerra digital entre ambos se intensificó rápidamente, reflejando una ruptura total entre el presidente y uno de sus mayores donantes y aliados tecnológicos.
Del «súper asesor» a enemigo político

Musk, quien hasta hace poco ocupaba un rol especial como empleado del gobierno a cargo de la “eficiencia gubernamental”, fue clave en el diseño de la visión trumpista de achicar el aparato federal. Pero ahora, fuera del cargo, ha arremetido contra el pilar legislativo del presidente, llamando al proyecto una “abominación asquerosa” por su impacto en el déficit.

Trump, enfurecido, contraatacó amenazando con cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Musk, una medida que podría afectar severamente a empresas como SpaceX, Tesla y Starlink, y que incluso tendría repercusiones en la Estación Espacial Internacional.

Musk respondió con una acusación explosiva y sin pruebas: aseguró que Trump “está en los archivos de Epstein” y sugirió que ese sería el motivo por el cual ciertos documentos del caso no han salido a la luz. CNN no ha podido verificar esa afirmación ni ha recibido comentarios oficiales de la Casa Blanca.
Crisis interna para los republicanos

El magnate también se burló de la política arancelaria de Trump —diciendo que llevaría a una recesión este mismo año— y hasta se mostró abierto a respaldar un juicio político para destituir al presidente y colocar al vicepresidente JD Vance en su lugar.

La relación entre ambos ha tenido consecuencias inmediatas. Las acciones de Tesla cayeron en Wall Street tras la pelea pública, y los analistas ya especulan sobre cómo esta ruptura podría influir en futuras elecciones, dado que Musk fue el mayor donante individual conocido en las elecciones de 2024.

Algunos funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Trump estaba “más sorprendido que enojado”, y que el distanciamiento con Musk le ha afectado emocionalmente. Sin embargo, la actitud del presidente ha comenzado a endurecerse, especialmente después de que Musk dijera: “Sin mí, Trump habría perdido”.
Una pelea con implicaciones más allá del ego

Más allá de la disputa personal, la pelea plantea dilemas políticos y económicos importantes: ¿seguirá Musk respaldando candidatos republicanos? ¿Se cortarán efectivamente sus contratos con el gobierno federal? ¿Podría esto fracturar la ya polarizada base conservadora?

En un tono melancólico, Trump evocó los días en que Musk lo apoyaba y hasta hacía campaña por él: “Elon me respaldó con fuerza. Incluso subió al escenario a hablar por mí”, dijo, visiblemente afectado. Sin embargo, también lo acusó de sufrir una especie de “síndrome de desorden anti-Trump” común entre exfuncionarios.

Por ahora, mientras los insultos y acusaciones vuelan de una plataforma a otra, una imagen de su antigua cercanía persiste: el Tesla rojo que Trump compró en un evento para impulsar el negocio de Musk aún permanecía estacionado en el camino de entrada de la Casa Blanca la noche del jueves. Un símbolo de una alianza que, al menos por ahora, parece haber llegado a su fin.

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