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México

Fobaproa, fraude electoral y guerra contra el narco: Motivos de AMLO para enjuiciar a expresidentes

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El presidente Andrés Manuel López Obrador dirigió una carta al Senado de la República para solicitar que durante las elecciones intermedias, próximas a celebrarse el 6 de junio del 2021, se aplicara una consulta popular para investigar y, en caso de que así lo amerite, enjuiciar a los ex presidentes de México.

¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen, y en su caso sanciones, la presunta comisión de delitos por parte de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinijosa y Enrique Peña Nieto antes, durante y después de sus respectivas gestiones?

Los cinco regímenes que pidió que se sometieran a consulta ocurrieron entre 1988 y 2018, los cuales fueron protagonizados por dos partidos políticos: Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN).

En el escrito dirigido a la Cámara de Senadores, el jefe del ejecutivo federal justifica la solicitud con una exposición de 16 motivos, donde reiteró que la corrupción y un sistema entreguista ante un modelo económico neoliberal atentó contra el tejido social de la república mexicana.

También aseguró que dichas prácticas gubernamentales desembocaron en un “crecimiento descontrolado de la violencia, la inseguridad pública, la violación masiva de derechos humanos, la impunidad como norma y el quebrantamiento del Estado de derecho”.

Como crítica en administración económica, López Obrador sacó el tema del Fobaproa, pues “a la fecha, aunque el país ha pagado a los bancos 700 mil millones de pesos por bonos del Fobaproa, esta deuda pública asciende a cerca de 2 billones y no terminará de saldarse sino hasta el año 2070”.

En materia electoral, el presidente tabasqueño trajo a colación el tema del presunto fraude electoral del 2006. Igualmente, durante el periodo de transición panista, AMLO señaló la estrategia de combate frontal contra el narcotráfico, también conocida como guerra contra el narco, instaurada por Felipe Calderón, cuyos estragos continúan flagelando a los mexicanos, esto porque “exacerbó la violencia y multiplicó las zonas del territorio nacional bajo control de las bandas delictivas”.

De tal modo que el mandatario nacional externó al poder legislativo que, con fundamento en lo dispuesto por la fracción I del artículo 26 de la Ley Federal de Consulta Popular, inicia en el proceso de validación y constitucionalidad de esta propuesta.

Esto, por que en dicha ley se estipula que «cuando la petición de consulta popular provenga del Presidente de la República, se seguirá el siguiente procedimiento:

“I. El Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de origen dará cuenta de la misma y la enviará directamente a la Suprema Corte junto con la propuesta de pregunta formulada para que resuelva y le notifique sobre su constitucionalidad dentro de un plazo de veinte días naturales”.

Esto significa que, en cumplimiento a la ley, dicha resolución debe de estar lista para más tardar el lunes 5 de octubre.

Cabe destacar que para que se considere como válido el resultado de una consulta ciudadana, se debe de tener la aprobación de al menos el 2% del padrón electoral; en otras palabras, alrededor de 1.8 millones de mexicanos deben de acudir a los módulos establecidos de la consulta, participar y votar en favor de que se realicen las investigaciones contra los ex mandatarios; de lo contrario, la posibilidad de enjuiciar a los ex presidentes será nula.

Por su cuenta, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó de recibido por parte del Senado la solicitud de consulta popular y la propuesta de pregunta formulada enviada por el presidente, misma que dejará a Ministro Luis María Aguilar Morales para su estudio.

Fuente: Infobae

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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