Conecta con nosotros

Opinión

Trump vs Democracia. Por Itali Heide

Itali Heide

Ebrio de poder, Donald Trump se enfrentó al nominado democrático, Joe Biden, este martes en el primer debate presidencial. Lo que debió haber sido un espacio en el que los ciudadanos americanos pudieran enfocarse en las políticas individuales de los candidatos, desató en un caos encabezado por incoherencias, interrupciones y arrogancia.

El actual presidente mantuvo clara su convicción: la realidad fuera de su propio interés no existe. Si no gana las elecciones, será por fraude. Si mueren otras doscientas mil personas por COVID, será por culpa de China. Si la recesión sigue, será por Biden. Cualquier violencia, será por extremismo de izquierda. Si alguien lo critica, será por ‘fake news’. Será culpa de cualquier otra entidad, menos sus acciones deplorables y falta de responsabilidad presidencial.

 

Joe Biden le suplicó a la ciudadanía votar: ‘Tú determinarás el resultado de esta elección.’ (Imagen: Reuters)

En la mente de Trump, el debate es sencillo: Republicanos contra Demócratas. Más específicamente, Trump contra Anti-Trump. Fuera de esta visión suya y de sus fieles seguidores, las posibles consecuencias de otros cuatro años con la actual administración salen de lo partidario: es Trump contra Democracia. Ha jugado con la posibilidad de inhibir una transición pacífica, oponiéndose a un pilar del sistema democrático. Rechazó la posibilidad de condenar a milicias de extrema derecha y la supremacía blanca. Rechaza todo sentido de verdad y hecho. El presidente Trump no tiene un plan fuera de mantener el poder que alimenta su ego.

 

‘Esto va a ser un fraude como nunca hayan visto’, insistió Trump al hablar sobre las próximas elecciones. (Foto: Reuters)

 

El total desprecio de Trump por el tejido de la democracia, su falta de autorreflexión y responsabilidad, y su creciente agitación hacia un mundo que se atreve a cuestionar sus elecciones y autoridad, podrían tener consecuencias absolutamente catastróficas para una de las naciones más poderosas del mundo.

¿Joe Biden es el candidato ideal opositor? Probablemente no, pero en esta circunstancia, la alternativa es distópica. Su elección sería un paso hacia la democracia, alejándose de la polarización total en el sistema político. En una administración de Biden y Harris, existe la posibilidad de que exista un diálogo y toma de decisiones entre partidos opositores.

 

Una y otra vez, Trump se ha mostrado como quien es: un déspota en el sentido más literal de la palabra. No posee la educación, las habilidades sociales ni la capacidad de ser empático, condiciones mínimas y básicas para ser un líder político. Alguna vez dijo Maya Angelou: ‘Cuando la gente te muestra quiénes son, créeles.’

Los ciudadanos americanos deberán reflexionar su voto, distanciandose de las fronteras existentes entre sus partidos. La elección no será Biden vs Trump, sino ciencia vs ignorancia, unión vs división, diplomacia vs impulsividad, diálogo vs censura, periodismo vs propaganda, y sentido común vs ineptitud, y verdad vs mentira.

Opinión

El G20: ¿Progreso real o más promesas vacías? Por Sigrid Moctezuma

Hablar del G20 es hablar de una oportunidad única: una reunión que pone sobre la mesa problemas que afectan directamente nuestras vidas, como la pobreza y el cambio climático. Pero, ¿Estamos realmente avanzando o seguimos atrapados en las buenas intenciones?

En pleno 2024, más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2 dólares al día, y el cambio climático sigue empujando a millones al borde de la desesperación. Según la FAO, en 2023 hubo un aumento alarmante de 122 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria debido a conflictos y fenómenos climáticos extremos. Estas cifras no son abstractas; son vidas humanas, historias de lucha diaria que rara vez llegan a los titulares.

Erradicar la pobreza no es simplemente “dar más dinero”. Se trata de atacar la raíz del problema: desigualdades históricas y estructuras económicas que privilegian a unos pocos. Por ejemplo, los países del G20 representan el 85% del PIB mundial, pero también son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una contradicción enorme: quienes tienen más recursos para ayudar son también quienes más contribuyen al problema.

También es fácil hablar de «transición energética» y «economía verde», pero ¿Qué significa esto para alguien que perdió su casa por un huracán? En México, por ejemplo, los desastres naturales generaron pérdidas económicas por más de 45 mil millones de pesos en 2023. Y mientras tanto, los países más contaminantes siguen retrasando acciones contundentes, como reducir su dependencia de los combustibles fósiles. ¿Por qué? Porque aún les resulta más barato contaminar que invertir en soluciones sostenibles?.

¿Qué se debería hacer?

Las soluciones están claras, pero falta voluntad política. El G20 propone algunas ideas interesantes: redistribuir recursos, apoyar economías locales y fomentar la innovación tecnológica para reducir desigualdades. Pero todo esto suena a más promesas, a menos que veamos medidas concretas. ¿Dónde están los fondos para las comunidades más vulnerables? ¿Por qué no se prioriza la educación y la formación laboral en zonas desfavorecidas?

Como sociedad, necesitamos exigir que las grandes cumbres dejen de ser solo escenarios de fotos grupales. Los líderes globales deben recordar que detrás de cada estadística hay una persona que sufre, pero también que sueña con un futuro mejor. Si no empezamos a construir ese futuro ahora, ¿cuándo lo haremos?

El G20 no es la solución mágica, pero puede ser un catalizador. Si los compromisos se traducen en acciones reales, estaremos un paso más cerca de un mundo más justo. Si no, solo estaremos alimentando un ciclo de discursos vacíos que poco tienen que ver con las necesidades reales de la gente.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que estas cumbres realmente cambian algo o son puro espectáculo?

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto