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Opinión

Kamala: la primera. Por Itali Heide

Itali Heide

El sábado pasado, Kamala Harris aceptó su lugar en la historia tras la proyección presidencial, la cual la convertirá en la primera mujer en ocupar el segundo cargo más alto de la nación, además de ser la primera persona negra y de ascendencia asiática en ser vicepresidenta electa. En su discurso, honró a «las generaciones de mujeres, mujeres afroamericanas, asiáticas, blancas, latinas e indígenas a través de la historia de nuestro país, quienes sentaron un precedente para este momento».

Kamala Harris nació de padres inmigrantes: su madre sud-india y su padre jamaicano.

(Imagen: Kamala Harris Campaign)

Mientras que en las calles estadounidenses se vive otra ola de tensión racial, un constante que ha identificado al país durante siglos, un rayo de esperanza brilla a través de la tierra y el humo de las protestas: el país eligió a una mujer de color para ocupar el segundo puesto más importante del país. «Aunque yo sea la primera mujer en este puesto, no seré la última», aseguró la senadora de California.

El poder de la representación que aporta Kamala Harris no puede ser subestimado. En cada rincón del país, las niñas y los niños crecerán viendo a una mujer ocupando el puesto de vicepresidente como algo natural, en un momento donde barreras raciales y de género están siendo derribadas por quienes alzan su voz. Imágenes de niñas emocionadas al ver a una mujer de color en un puesto de poder inundaron el Internet, y las celebraciones llegaron hasta la ciudad natal ancestral de Harris, en la India.

La elección de Kamala Harris resalta que la última década ha puesto en el punto de mira a las mujeres que siguen luchando contra los obstáculos que enfrentan. La pelea está lejos de haber terminado, ya que las mujeres, especialmente las minorías y las mujeres de color, siguen luchando contra los impedimentos sistémicos que consumen la vida cotidiana de millones de personas. Pasar de tener un presidente que se niega a condenar grupos de supremacía blanca, a un vicepresidente que se ha enfrentado con la realidad de ser una mujer de raza mixta, es totalmente histórico en el amplio ámbito de la historia.

La nueva cara del poder político estadounidense representa esperanza, inclusión y progreso. Hay una buena y una mala: la mala, es que millones de personas votaron por un presidente que ha hecho todo en su poder para demostrar que es la persona menos apta para el puesto presidencial. La buena, es que hay aún más personas que eligieron el camino del cambio, con la esperanza de impulsar a los Estados Unidos hacia un nuevo futuro, donde la división y la polarización puedan disiparse, y cada persona no sólo sueñe con alcanzar la grandeza, sino que también se le den las herramientas para alcanzarla.

Kamala Harris será la primera mujer de raza mixta en ocupar el puesto de vicepresidente. (Imagen: Reuters)

El mundo ha llegado lejos, pero cada día es una oportunidad para llevarlo al más allá. Las niñas y los niños que han escuchado la promesa de puedes lograr todo lo que te propongas, ahora ven la promesa de logro en la vida real. «Cada niña viendo este discurso ve que este es un país de posibilidades», resonó la voz de la vicepresidenta electa de los Estados Unidos. «Sueñen con ambición, lideren con convicción y véanse a sí mismos de una forma en la que otros no lo hagan porque nunca antes lo han visto.» Dejando de lado la preferencia política, todos pueden celebrar la victoria de la representación y la oportunidad. El país se despide de un año turbulento, pero la esperanza se eleva sobre el horizonte en forma de una poderosa mujer de color.

Opinión

Ken Salazar: ¿Embajador o Actor de Telenovela? Por Caleb Ordoñez T.

¡Ah, Ken Salazar! El embajador de Estados Unidos que nos ha dejado perplejos con sus altibajos políticos, sus declaraciones dignas de un guión de serie, y su relación complicada con la Cuarta Transformación. Si algo ha demostrado este diplomático es que puede pasar de ser el mejor amigo de la 4T a su crítico más feroz, dependiendo de cómo soplen los vientos en Washington. Vamos, que ni él mismo parece saber en qué equipo juega.

La historia de Salazar en México comenzó con un apoyo incondicional a la estrategia de seguridad de López Obrador. “Queremos ayudar a México”, decía con entusiasmo. Todo iba viento en popa: AMLO estaba contento, Salazar estaba contento, y la relación bilateral estaba, si no perfecta, al menos pacífica. Pero, de repente, Salazar empezó a lanzar críticas, como si su personaje hubiese sufrido un cambio drástico de dirección. ¿Qué pasó? Pues, para sorpresa de todos, ¡Donald Trump volvió al juego! Y al parecer, eso trajo consigo una versión “Ken Salazar 2.0”, una más crítica y menos amigable.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

La situación llegó al punto de que Marcelo Ebrard, nuestro ex canciller, tuvo que enviarle un mensaje directo (aunque con tono irónico y de pulida diplomacia): “Dear Ken, what are you talking about?”. ¿Qué habrá pensado Salazar al leer esa frase? Porque para el diplomático promedio, una indirecta así es casi un grito. ¡Imagínense! Si hasta los memes en Twitter le daban vuelta, como si se tratara de una pelea entre amigos que ya no se soportan.

Por si fuera poco, Sheinbaum, en una de sus mañaneras, no perdió la oportunidad de hacer un comentario jocoso sobre los vaivenes del embajador. “Es que Ken se confunde”, dijo en tono irónico, como quien habla de un viejo amigo algo despistado. Claro, el comentario causó risas entre los presentes, pero también dejó en claro que el equipo de AMLO ya no se toma muy en serio las críticas de Salazar. Tal parece que la figura de Salazar es ahora vista como una especie de personaje excéntrico, más digno de un episodio de sátira política que de una embajada.

Pero lo realmente intrigante es: ¿quién podría suceder a Ken Salazar si Trump llega a la Casa Blanca nuevamente? ¿A quién enviaría el expresidente a continuar esta telenovela diplomática? Tal vez podríamos ver a alguien de su círculo más leal, como un Mike Pompeo, experto en lanzar dardos con una sonrisa, o, por qué no, a alguien más peculiar y polémico, como un Rudy Giuliani, quien seguramente haría de la embajada un espectáculo.

La verdad, sea quien sea, seguro nos traerá más drama. Porque, al parecer, la embajada de Estados Unidos en México ya no es un puesto diplomático, sino un auténtico reality show político, donde el que llega, o es nuestro mejor amigo, o el villano de la temporada. Así que preparemos las palomitas, porque la novela de Ken Salazar, o de su posible sucesor, seguro aún nos tiene reservadas muchas sorpresas.

Y un edificio nuevo.

La embajada de Estados Unidos en México está casi lista, con un avance notable, y no podemos evitar preguntarnos: ¿vendrá Trump a cortarle el listón si gana en 2024?

Imaginemos el espectáculo: Sheinbaum dando la bienvenida en la mañanera y un Trump republicano hablando de “buenos vecinos” (entre ironías y sonrisas forzadas). ¿Cómo gestionarán esta relación diplomática? Seguro veremos un juego interesante de diplomacia y un poco de sarcasmo, donde ambos bandos tendrán que bailar al ritmo de las relaciones exteriores. Con Trump y Sheinbaum, podríamos estar ante el evento del año… o de la más extraña comedia política.

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