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Anaya llamó «lambiscón” a Hugo López-Gatell por el manejo de la pandemia

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El político Ricardo Anaya criticó el manejo de la pandemia por parte del gobierno federal. Incluso llamó “lambiscón” al subsecretario de Salud –y cara pública de la lucha contra el COVID-19 en México– Hugo López-Gatell, por respaldar las medidas que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha decidido implementar para enfrentar al virus.

“El manejo de la pandemia por parte del gobierno ha sido criminal y lo más grave es que los engaños siguen”, inicia diciendo el excandidato presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN), “ahora te quieren hacer creer que solo hay de dos sopas: o nos guardamos todos para detener la pandemia o abrimos la economía pero con el riesgo de contagiarnos”.

Entonces Anaya continúa su relato citando ejemplos como Taiwán, resaltando que se trata de un país de 25 millones de habitantes, pegado a China –donde inició el COVID-19–, mantiene su economía funcionando, y aún así solo reporta siete fallecimientos a causa de la epidemia. También mencionó a Nueva Zelanda, donde hasta el momento solo suman 25 muertes por esta enfermedad, o Corea que con 51 millones de habitantes, registra 500 fallecimientos.

“La diferencia es que desde el principio tomaron muy enserio la pandemia. Hicieron obligatorio el uso del cubrebocas, hicieron pruebas en forma masiva, rastrearon contagios, forzaron a quienes venían de otros países hicieran cuarentena, hicieron todo lo que este gobierno no hizo”.

Seguido a eso, en el video se recuerdan momentos para respaldar lo dicho por Anaya. Por ejemplo, cuando el presidente López obrador, a principio de la llegada del COVID-19 a México, seguía insistiendo en que había que abrazarse, que “no pasaba nada”. Asimismo recordó el escenario catastrófico, fijado por López-Gatell en junio pasado, que ubicaba en 60,000 el número más alarmante de fallecimientos que la pandemia dejaría en México. Cabe señalar que el pasado 19 de noviembre México rebaso los 100,000 decesos por el virus. “El propio gobierno ha tenido que reconocer que en realidad son más de 200,000?, recriminó.

Si bien el político reconoció que la pandemia no es culpa del gobierno, sí lo responsabilizó del golpe a la economía de los mexicanos, con medidas como el cierre de pequeños y grandes negocios, “tú hiciste tu parte, pero el gobierno no hizo lo que le tocaba (…) prefirieron no hacer pruebas para que no se supiera el tamaño del problema, para engañarte con el cuento de que íbamos muy bien, que la pandemia estaba domada”, reclamó.

Además, Anaya subrayó en su mensaje que en Perú dieron 4 mil pesos al mes a todas las personas que estaban empleados en algún lugar y tuvieron que quedarse en casa, igual que en Chile, agregó, entregaron 80 mil pesos a los pequeños negocios, e incluso préstamos “que no van a tener que pagar si el dinero se usó para pagar a sus empleados”. Todo eso cpntrastado con el caso de México, “para las necedades si hay dinero”, dijo el político, mencionando la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, proyecto insignia de la administración de AMLO.

Otra cosa que recordó Anaya fue al mandatario explicando que no usaba cubrebocas porque expertos como el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell así se lo había recomendado. Entonces llamó a este último “lambiscón”, por darle la razón a AMLO al decir “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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