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México no está comprando «vacunas de segunda», asegura Arturo Herrera

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Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), explicó que todas las vacunas que está comprando México tienen un nivel de eficacia de arriba de 94%; asegurando que México no está comprando «vacunas de segunda”.

“En lo que nos estamos enfocando es en traer la mayor parte de vacunas lo más rápido posible (…) Déjenme decirlo claramente: no compramos vacunas de segunda”, dijo durante su participación en la Reunión Plenaria de Diputados de Movimiento Ciudadano, en donde fue cuestionado por la compra de la vacuna rusa Sputnik.

El funcionario indicó que la mayor parte de las vacunas – como la de la influenza – tienen un nivel de eficacia entre 40 y 50%, mientras que las de Covid-19 tiene entre 94 y 95%, por lo que la posibilidad de contagio aún existe.

Agregó que existe una vacuna contra el Covid-19 que tiene una eficacia de 65% y que ha sido comprada por otros países, pero no por México.

“Hay países que la están aplicando porque es, claramente, mucho más eficaz que la de la influenza y, en el contexto macro de los números agregados, servirá porque 65% de ellos (quienes se vacunen) tendrán algún tipo de anticuerpos y 35% no. Eso, a nivel individual, sí es muchísimo más un volado. Eso no lo estamos haciendo nosotros, todas tienen una eficacia por arriba de 94 por ciento”.

En diversas ocasiones, Arturo Herrera ha comentado que la recuperación económica depende de la rapidez de la aplicación de las vacunas, las cuales se han ido aplicando a personal médico que atiende a pacientes de Covid-19, para después seguir con la población de la tercera edad.

Al corte del 26 de enero, en México se aplicaron un total de 652,319 vacunas de Pfizer; de estas, 31,314 dosis corresponden al esquema completo, es decir, que recibió las dos dosis de la vacuna de la farmacéutica.

Fuente: El Economista

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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