SpaceX volvió a detener el tan esperado lanzamiento de Starship, el cohete más grande y poderoso jamás construido, luego de que se detectara un problema en los sistemas de tierra que sustentan la plataforma de despegue en Starbase, Texas. La misión estaba programada para la noche del domingo y representaba el décimo intento de prueba del vehículo.
La empresa de Elon Musk reconoció que el inconveniente obligó a posponer el vuelo en el último momento, cuando ya se habían iniciado los preparativos para cargar los más de 10 millones de libras de oxígeno líquido y metano que alimentan al sistema Starship y su propulsor Super Heavy.
El fracaso se suma a una cadena de contratiempos ocurridos desde enero, cuando SpaceX presentó esta nueva generación de vehículos. Ninguno de los ensayos ha concluido sin incidentes: algunos prototipos explotaron en tierra, otros se descontrolaron en pleno vuelo y uno más terminó destruido durante una prueba de motor.
Aun así, la compañía insiste en que cada intento genera datos clave para perfeccionar el cohete que Musk ha prometido llevará a la humanidad a Marte y que también es pieza central en los planes de la NASA para regresar astronautas a la Luna antes de que termine la década.
Starship, de 121 metros de altura y 16.7 millones de libras de empuje, supera con creces a íconos como el Saturno V del programa Apolo o el transbordador espacial. Su diseño busca ser completamente reutilizable y capaz de transportar grandes cargas y tripulación a órbita y más allá.
Pese a los tropiezos, SpaceX ha recibido respaldo del gobierno estadounidense. Este año, la Administración Federal de Aviación (FAA) autorizó hasta 25 lanzamientos anuales de Starship desde Texas, sin requerir nuevos estudios ambientales. Incluso el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para reducir trabas regulatorias al sector espacial privado.
En paralelo, los cohetes Falcon —la línea más consolidada de SpaceX— han mantenido un ritmo récord: más de 100 misiones completadas en 2025, incluyendo vuelos tripulados a la Estación Espacial Internacional, el lanzamiento de un avión secreto del Pentágono y decenas de satélites Starlink.
La siguiente ventana de lanzamiento para Starship podría abrirse entre el lunes y martes por la noche, siempre que las reparaciones y las condiciones meteorológicas lo permitan. Mientras tanto, la mirada de la industria permanece sobre el proyecto que, aunque plagado de explosiones, promete cambiar para siempre el rumbo de la exploración espacial.