TOKIO (AP) — El gobierno de Japón se dispone a anunciar un tercer estado de emergencia en Tokio y el área metropolitana occidental alrededor de Osaka, después de las solicitudes presentadas por los líderes locales para frenar un rápido aumento en los casos de coronavirus.
El primer ministro Yoshihide Suga y ministros clave se reunieron el miércoles para analizar los detalles antes de decidir sobre un estado de emergencia para Tokio, Osaka, Kyoto e Hyogo, que se espera se haga oficial a finales de esta semana.
Osaka, la zona más afectada por el último pico de contagios que comenzó en marzo, informó el miércoles 1.242 nuevos casos de COVID-19, un nuevo récord para la prefectura y por arriba de los 843 de Tokio.
El gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura, dijo el martes que la estrategia actual de reducir horarios en bares y restaurantes no era efectiva y solicitó un estado de emergencia que le permitiría emitir medidas más estrictas, como cerrar negocios.
Kyoto e Hyogo solicitaron una nueva orden de emergencia el miércoles y se espera que Tokio haga lo mismo.
Según los informes, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, quiere que el período de emergencia abarque la “Semana Dorada”, desde fines de abril hasta principios de mayo, una época de muchos viajes en Japón.
Las medidas actuales comenzaron el 5 de abril en Osaka y desde entonces se han expandido a 10 áreas, incluido Tokio, hasta principios de mayo. El gobierno de Suga buscó suavizar las restricciones para lograr un menor daño económico.
Suga dijo a los periodistas que decidirá antes de fin de semana.
A nivel nacional, Japón ha registrado 541.496 casos de coronavirus y 9.710 muertes, que son cifras relativamente buenas para los estándares mundiales, pero malas si se les compara con otros países asiáticos. Además, la gente se está volviendo impaciente y menos cooperativa con las medidas contra el virus.
La campaña de inoculación de Japón va a la zaga de muchos países, hay escasez de vacunas importadas y sus intentos de desarrollar sus propias vacunas están todavía en las primeras etapas.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.