La entidad financiera BBVA ha planteado este jueves a los sindicatos el despido de 3.800 empleados en España y el cierre de 530 sucursales en el país, una cifra incluso superior a la que se había manejado hasta ahora, que rondaba los 3.000 trabajadores.
De esta manera, el BBVA planea deshacerse del 16,3 % de su plantilla y clausurar el 21,3 % de su red de oficinas, aduciendo la necesidad de aumentar su competitividad en un mercado con los tipos de interés bajos, con un aumento del uso de canales en red y con la entrada de nuevos actores digitales.
Las regiones más afectadas serían Cataluña, con el cierre de 204 sucursales; y la zona centro, que comprende los territorios de la Comunidad de Madrid y Castilla la Mancha, que perderían 101 oficinas.
La noticia se conoce la misma semana en la que la entidad financiera más grande del país, CaixaBank, ha anunciado que planea el mayor despido colectivo de la historia de la banca española, que afectará a 8.300 trabajadores.
Por su parte, el sindicato CC.OO. ha manifestado que el planteamiento del BBVA les lleva «al camino de la movilización» porque «se trata de unas cifras y un planteamiento de salida insostenible y escandaloso«. El sindicato ha señalado que detrás de estas cifras «hay personas y sus familias, que se van a quedar sin fuentes de ingresos mientras la alta dirección mantiene e incrementa unos sueldos millonarios».
El ministro de Seguridad Social recuerda las ayudas públicas a la banca
Por su parte, el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha recordado a las entidades financieras que están planteando despidos de miles de trabajadores, las cuantiosas ayudas públicas «extraordinariamente importantes» recibidas por el sector tras la crisis financiera de 2008.
«El sector financiero ha tenido ayudas muy importante durante la anterior crisis, con limpieza de balances y ayudas públicas extraordinariamente importantes, y recientemente con la asunción de deuda por parte del Estado de la Sareb [banco malo]», ha señalado Escrivá, que sostiene que esa circunstancia «debería inspirar cualquier decisión empresarial en ese sentido», en referencia a los ajustes de plantilla.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.