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México

Felipe Calderón: Le gusta el buen vino pero odia que lo llamen alcohólico

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Desde hace un par de años, usuarios en redes sociales han acusado a Felipe Calderón de ser alcohólico, hecho que al ex presidente de México «le da mucho coraje».

En entrevista con Carlos Alazraki, Felipe Calderon recordó que los rumores de su alcoholismo comenzaron debido a las falsas declaraciones del periodista Federico Arreola, director general de SDPnoticias, con el que había discutido.

“Un día que nos echamos un entre muy fuerte, mediáticamente me acusó a la mala de que yo era un alcohólico, de ahí nació toda esta versión. Meses después, él reconoce públicamente que inventó esa calumnia (…) fue un invento ya reconocido por el autor y esos circos me molestan«, mencionó Calderón Hinojosa.

«No es mi culpa si el 97 por ciento de los usuarios de Twitter siguen pensando que Calderón es alcohólico»

Cabe destacar que en 2019, el propioFederico Arreola a través de redes sociales se deslindó de la responsabilidad de que se siga etiquetando a Calderón como alcohólico. «No es mi culpa si el 97 por ciento de los usuarios de Twitter no me pelan y siguen pensando que al esposo de la señora Zavala le encanta el chupe sin límites», publicó.

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Felipe Calderón aseguró que pese a que le gusta consumir un buen vino y pasar un rato agradable con amigos escuchando música de Joaquín Sabina, goza de buena salud física.

Cuando fui presidente crucé a nado la Bahía de Acapulco dos veces, todavía el año pasado me eché 100 kilómetros de Acapulco a San Marcos en bicicleta. Honestamente considero que gozo de una buena salud física», declaró.

Por último, apuntó que ha habido presidentes a los que les han creado rumores en los que se les señaló de ser homosexuales, pero mencionó que «como en la actualidad ya es políticamente correcto, a mí no me la inventan» y por ello se recurrió al alcoholismo.

 

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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