La devastación de los bosques provocada por los incendios forestales y el constante asedio de los grupos criminales para apoderarse del territorio, han provocado que una gran cantidad de indígenas huyan de sus comunidades en busca de una mejor vida en la ciudad, sin que reciban el apoyo necesario por parte de las autoridades.
El párroco Manuel Granados denunció la desatención por parte de la comisionada de los Pueblos Indígenas, María Teresa Guerrero, quien dijo que ha sido omisa en brindar soluciones a los problemas que enfrentan las comunidades indígenas, mismas que no reciben apoyos.
La llegada de indígenas a los núcleos urbanos ha generado una serie de complicaciones en los asentamientos, por lo que huyen de sus comunidades debido a que no existen condiciones para quedarse, pues la sequía, los incendios y el crimen organizado, aunado con el abandono por parte de las autoridades de gobierno han causado estragos, según manifestó el presbítero.
Indicó que los integrantes de los pueblos originarios arriban a la ciudad en busca de trabajo, con la intención de quedarse y no regresar a sus comunidades, pues además de las contingencias climáticas que se viven el constante asedio del crimen organizado no les da garantías de nada.
Ante este fenómeno, ni la Comisión Estatal de Pueblos Indígenas (Coepi), ni la Comisión Estatal de Víctimas (Ceave) han intervenido para frenar el desplazamiento forzado al que se ve sometida la población indígena y a pesar de que se ha planteado la problemática, las autoridades no han respondido.
El padre Manuel Granados, indicó que la situación es catastrófica, que la situación en la sierra está “muy mal” y no hay una autoridad que asuma su responsabilidad para garantizar la seguridad y prosperidad de los pueblos originarios, pues a pesar de que la problemática está a la vista de todos, prefieren no actuar. (Miguel Silva)