Enrique Peña Nieto tomó protesta como Presidente de la República ante el Congreso General.
En el salón de sesiones de la Cámara de Diputados el traslado de poder de Felipe Calderón a Enrique Peña se vio envuelto en manifestaciones contrastante entre los diputados y senadores que acudieron a la ceremonia solemne.
El mexiquense juró ante la representación popular (Congreso) y de acuerdo con el artículo 87 de la Constitución, hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.
Antes, a la llegada de Felipe Calderón al recinto parlamentario, las expresiones de repudio contra él se multiplicaron: “¡asesino, asesino, asesino…!” le gritaron desde un sector y desde otro el reclamo se reiteró, “¡corrupto, corrupto, corrupto””!
Los panistas pretendieron defenderlo con gritos de “¡muy bien, Felipe muy bien!”.
Mientras enrique Peña llegaba hasta la tribuna cameral, Calderón escuchó lo que los legisladores federales desde hace dos legislaturas no pudieron expresarle (porque en su toma de protesta entró al recinto por una puerta trasera y después ya no pudo presentarse a sus informes de gobierno), “¡criminal, asesino, espurio…!”
Tres minutos después ingresó Enrique Peña y fue recibido por un atronador aplauso y el coro de Peña presidente, Peña presidente, Peña presidente, no obstante desde el sector perredista comenzaron a lanzarle fajos de billetes de fantasía, eran de mil pesos, de 20, 500, 200, 100, y 50.
Ya instalado en la tribuna, uno de los fajos completo con billetes de fantasía pasó muy cerca de Enrique Peña, él no se inmutó y procedió a la protesta de ley.
La ceremonia sólo duró unos minutos, y de inmediato, el todavía presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Murillo Karam, levantó la sesión, y surgió una ovación atronadora desde el PRI, PVEM y Panal, reconociendo al nuevo Ejecutivo federal.
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