Luego de la supuesta tregua firmada por células del Cártel del Golfo, agentes del Ejército se enfrentaron contra presuntos sicarios de esta organización criminal en Reynosa, Tamaulipas, y dejaron un agresor abatido.
De acuerdo con los reportes, efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron agredidos en inmediaciones del Parque Cultural, supuestamente, mientras realizaban labores de patrullaje en apoyo a tareas de Seguridad Pública.
El personal militar se topó con presuntos miembros del crimen organizado en una brecha aledaña a la colonia la Escondida. Tras repeler los disparos, elementos de la Sedena dejaron al menos a un presunto agresor muerto.
En el sitio se aseguró una camioneta negra, así como un arma larga. Consultada al respecto, la dependencia federal no respondió para ofrecer mayores detalles a este medio. De tal modo que se desconoce si hubo heridos, detenidos, si solamente viajaba un presunto agresor en el vehículo o si otros lograron darse a la fuga.
Por imágenes filtradas se aprecia que al menos cinco unidades militares custodiaron la escena. También acudieron agentes ministeriales para el procesamiento de la escena, levantamiento de indicios y traslado del cadáver al servicio médico forense. La zona del ataque fue en un camino de terracería.
El Maestrína habría sido ejecutado como castigo por la masacre de Reynosa (Foto: Twitter@loba_indomable)
Apenas este martes, en la misma colonia, el Grupo de Operaciones Especiales inició una persecución y se enfrentó a varios delincuentes. Este equipo de seguridad realizaba rondines en la colonia el Anhelo cuando detectaron una camioneta Explorer azul sospechosa. Los tripulantes se encontraban armados y, al notar la presencia de los uniformados, intentaron escapar.
El asedio finalizó en la plaza pública de la calle Veracruz, cuando comenzaron los ataques. Dos presuntos sicarios huyeron a pie y dos murieron por los impactos de bala.
Un análisis realizado por Infobae México ha registrado a Tamaulipas como la entidad más letal para los castrenses durante la guerra contra el narco que comenzó en 2006, con el gobierno de Felipe Calderón, y sigue hasta la fecha.
En ese estado fueron atacados 106 uniformados con arma de fuego de los 142 agentes muertos en esa zona fronteriza en los últimos tres sexenios. Ahí, al menos 36 soldados murieron por accidentes aéreos y automovilísticos, ahogados o incluso por caída.
De los 142 agentes de la Sedena acaecidos en la entidad, 77 corresponden al sexenio de Felipe Calderón; 54 con Enrique Peña Nieto y 10 con Andrés Manuel López Obrador.
Agentes ministeriales arribaron para el procesamiento de la escena (Foto: Twitter@FuriaNegra7)
Los hechos recientes se dan en un contexto donde el Cártel de Golfo ha anunciado la unificación de sus plazas, en específico, áreas dominadas por líderes del Grupo Scorpion, Metros y del Grupo Rojo.
Presuntamente, a este pacto respondería la ejecución de Édgar Valladares Hernández, el Maestrín, señalado como responsable de ordenar el asesinato de 15 civiles inocentes en Reynosa el 19 de junio pasado.
Pues en el transcurso del 26 de julio, cuando fue localizado el cadáver del Maestrín, presunto cabecilla de los Escorpiones, la organización criminal desplegó narcomantas en Reynosa, Tampico, Padilla, Matamoros, y la frontera con Estados Unidos, en Río Bravo. Los mensajes del Cártel del Golfo anunciaron un acuerdo por la paz de Tamaulipas, con la condena indirecta por aquella masacre del mes pasado.
Valladares Hernández fue identificado como quien ordenó incursionar en territorio dominado por los Metros para acribillar a taxistas, albañiles, el dueño de una tienda, un joven que solo caminaba por la banqueta y tres miembros de una familia a quienes les despojaron de su camioneta.
Tras la ejecución del capo se han desencadenado versiones que apuntan a la represalia interna del grupo delincuencial al que pertenecía.
Tamaulipas es el estado más letal para los soldados (Foto: Especial)
El Maestrín fue responsabilizado por Jonathan Balderas Rodríguez, uno de los sicarios detenidos por el multihomicidio del 19 de junio, quien declaró desde la cama del hospital que la embestida contra la población buscaba simple y llanamente “calentar la plaza”, y que tanto él como el resto de los asesinos habían seguido las órdenes del líder de los Escorpiones para asesinar a diestra y siniestra en las colonias Bienestar, Almaguer, Fidel Velázquez, Lampacitos y Unidad Obrera.
Esto concordó con las primeras hipótesis de la fiscalía tamaulipeca, pues la dependencia indicó que células de Ciclones y Escorpiones incursionaron en la zona donde operan los Metros con el fin de generar desestabilización social.
Durante la entrevista, Balderas Hernández reveló que él y sus cómplices rondaban por la zona del ataque desde las 09:00 horas y recibieron la orden para desatar el terror al medio día de ese sábado.
Al unificar sus plazas, el Cártel del Golfo tendría margen para combatir en conjunto contra células como el Cártel del Noreste y su brazo armado, la Tropa del Infierno; además de los Zetas Vieja Escuela, ambos remanentes de los Zetas que formaron parte del grupo criminal en la primera década del 2000.