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López-Gatell refutó a Marcelo Ebrard sobre ensayos clínicos de vacunas contra COVID-19

Al final de la conferencia matutina del martes, el Subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, negó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) haya aprobado algún ensayo clínico para vacunas contra el COVID-19.

Esto contradice el anuncio que el canciller, Marcelo Ebrard, emitió en el mismo foro respecto a la recepción de cuatro nuevos ensayos en fase 3 durante septiembre, entre los cuales se incluye el de Cansino BIO para uso pediátrico.

Cuestionado sobre ello, López-Gatell aseguró, ante los medios de comunicación, que la farmacéutica china “no ha presentado ningún documento al respecto ante la Cofepris” y aclaró que lo dicho por el también titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) “es parte del ensayo original”.

“No es un ensayo en sí mismo, es parte del ensayo original y se ha estado conduciendo. El ensayo lo conduce el doctor (Guillermo) Ruiz Palacios en el Instituto de Nutrición, pero no se han mostrado resultados hacia la autoridad sanitaria”.
Los otros tres ensayos que Ebrard había presentado en la mañanera son: Walvax, Sanofi (de Francia) y la Academia China de Ciencias Médicas. Con éstos, aseguró, México ya sumada ocho ensayos clínicos en fase 3 – incluyendo Janssen, Novavax y CureVac.

En otro momento de su participación, Ebrard aseguró que a principios de octubre se rebasarán las 120 millones de vacunas recibidos. Agregó que en septiembre arribarán 4 millones 600 mil dosis de AstraZeneca y un millón 750 mil de Moderna – esta última calendarizada para el 21 de septiembre.

Por su parte, López-Gatell informó que se espera recibir 4.6 millones de vacunas de Pfizer y AstraZeneca para el cierre de la semana; en la mañana de este miércoles, arribó el segundo embarque de Pfizer con 585 mil dosis.

Según datos de la Secretaría de Salud (Ssa), el 14 de septiembre se aplicaron de 827 mil 612 antígenos, lo que asciende la cifra acumulada a 93 millones 588 mil 719.

De ese total, 39 millones 850 mil 745 (65%) ha completado el esquema de vacunación, mientras que 21 millones 324 mil 352 (35%) cuenta con una dosis en tanto se cumple el lapso requerido para recibir la segunda aplicación.

Fuente: Infobae

Opinión

El G20: ¿Progreso real o más promesas vacías? Por Sigrid Moctezuma

Hablar del G20 es hablar de una oportunidad única: una reunión que pone sobre la mesa problemas que afectan directamente nuestras vidas, como la pobreza y el cambio climático. Pero, ¿Estamos realmente avanzando o seguimos atrapados en las buenas intenciones?

En pleno 2024, más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2 dólares al día, y el cambio climático sigue empujando a millones al borde de la desesperación. Según la FAO, en 2023 hubo un aumento alarmante de 122 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria debido a conflictos y fenómenos climáticos extremos. Estas cifras no son abstractas; son vidas humanas, historias de lucha diaria que rara vez llegan a los titulares.

Erradicar la pobreza no es simplemente “dar más dinero”. Se trata de atacar la raíz del problema: desigualdades históricas y estructuras económicas que privilegian a unos pocos. Por ejemplo, los países del G20 representan el 85% del PIB mundial, pero también son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una contradicción enorme: quienes tienen más recursos para ayudar son también quienes más contribuyen al problema.

También es fácil hablar de «transición energética» y «economía verde», pero ¿Qué significa esto para alguien que perdió su casa por un huracán? En México, por ejemplo, los desastres naturales generaron pérdidas económicas por más de 45 mil millones de pesos en 2023. Y mientras tanto, los países más contaminantes siguen retrasando acciones contundentes, como reducir su dependencia de los combustibles fósiles. ¿Por qué? Porque aún les resulta más barato contaminar que invertir en soluciones sostenibles?.

¿Qué se debería hacer?

Las soluciones están claras, pero falta voluntad política. El G20 propone algunas ideas interesantes: redistribuir recursos, apoyar economías locales y fomentar la innovación tecnológica para reducir desigualdades. Pero todo esto suena a más promesas, a menos que veamos medidas concretas. ¿Dónde están los fondos para las comunidades más vulnerables? ¿Por qué no se prioriza la educación y la formación laboral en zonas desfavorecidas?

Como sociedad, necesitamos exigir que las grandes cumbres dejen de ser solo escenarios de fotos grupales. Los líderes globales deben recordar que detrás de cada estadística hay una persona que sufre, pero también que sueña con un futuro mejor. Si no empezamos a construir ese futuro ahora, ¿cuándo lo haremos?

El G20 no es la solución mágica, pero puede ser un catalizador. Si los compromisos se traducen en acciones reales, estaremos un paso más cerca de un mundo más justo. Si no, solo estaremos alimentando un ciclo de discursos vacíos que poco tienen que ver con las necesidades reales de la gente.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que estas cumbres realmente cambian algo o son puro espectáculo?

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