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Salud y Bienestar

¿Cuáles son las marcas más saludables de aceite comestible según Profeco?

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló a través de un estudio realizado por especialistas en la materia las marcas que aceite comestible que realmente tienen los aportes que mencionan en su etiquetado como es la calidad y los ingredientes que contiene el producto.

El estudio incluyó a marcas de aceite comestible etiquetadas como Gourmet, mismas que son de vegetal, olivo, canola, girasol, maíz, palma y muchos más. Los expertos destacaron que los resultados obtenidos fueron que las marcas más saludables son aquellas que utilizan y agregan en su etiquetado: Girasol, Cártamo, Maíz, Cacahuate, Olivo, Soya. Canola. Ajonjolí, Salvado de arroz, Uva

La Profeco entonces reveló las marcas de aceites comestible que contienen los ingredientes más naturales y de acuerdo a lo desglosado en la tabla nutrimento.

¿Cuáles son los aceites más naturales?

-Aceite Vegetal Comestible; Ave, Ke! Precio, Chedraui, Precissimo y 1-2-3
-Aceite de Canola; Capullo, Capullo Procardio, Vita y Valley Foods
-Aceite de Girasol; DiCiero y 1-2-3
-Aceite de Maíz; Altea y La Gloria
-Aceite de Olivo; La Gitana, El Olivo y San Lucas
-Aceite de Palma; Biosol
-Aceite de Aguacate; Avocare, Cate de mi Corazón, y San Lucas extra virgen gourmet
-Aceite de Ajonjolí; Foreway sesame expert, Hum Chum, Kaporo, JFC de ajonjolí, Satoru y san Miguel de ajonjolí extra virgen
-Aceite de Uva; San Lucas, aceite de pepita de uva

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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