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Salud y Bienestar

Identifican nueva variante de coronavirus “sin precedentes” por sus mutaciones

Una nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad COVID-19) ha despertado la atención de la comunidad científica a causa de una mutación que nunca se había visto antes. La nueva variante ha sido etiquetada por el momento como B.1.X o B.1.640. ¿Hay motivo de alerta?

La variante fue detectada en Francia cuando el periódico Le Telegramme dio a conocer que una escuela en la región de Bretaña tuvo que suspender la mitad de sus clases presenciales a finales de octubre. Se reportó que 24 personas, entre estudiantes y maestros, dieron positivo a las pruebas covid, pero cuando los investigadores analizaron las muestras se percataron de algunas mutaciones sin precedentes.

Recordemos que la mayoría de los virus, incluido el SARS-CoV-2, evolucionan con el tiempo. Cuando un organismo contrae un virus éste se replica, es decir, hace múltiples copias de sí mismo. Durante este proceso, es posible que el virus cambie un poco, lo cual es normal a pesar del inquietante nombre que reciben estos cambios: “mutaciones”. Cualquier virus con una o más mutaciones nuevas puede ser clasificado como una “variante” del virus original. Desde hace varios meses, la variante Delta ha sido la cepa dominante en buena parte del mundo.

Ahora bien, la variante B.1.640 ha trascendido por sus mutaciones anormales. Una de estas mutaciones capturó la atención de Cyrille Cohen, profesor de la Universidad Bar Ilan y especialista en inmunología. Se trata de la proteína de la espícula (Spike, en inglés), aquella proteína que usa el coronavirus para infectar las células humanas; dicha proteína en algunas partes ha desaparecido.

Por el momento no se sabe si esta mutación extraordinaria hace que el virus sea más o menos contagioso. Lo que el profesor Cohen sí se atreve a especular es que esta cepa haya tenido su origen en África, donde la distribución de vacunas ha fluido a cuentagotas.

“Esta variante ejemplifica que si dejas a parte de la población mundial sin acceso a las vacunas, entonces el virus continuará multiplicándose y dará lugar a más variantes”, dijo Cohen.

Hasta el mes de noviembre apenas el 6 por ciento de la población en el continente africano ha sido inoculada contra el covid.

“No quiero asustar a la gente. Ahora hay solo unos pocos casos de B.1.640 y es muy posible que en un mes podamos olvidarnos de esta variante. Pero es un ejemplo de lo que podría suceder si no hay acceso a las vacunas para todos”.

Aunque el impacto de la pandemia ha sido relativamente bajo en África, el profesor Cohen indicó que, en el largo plazo, “podríamos tener nuevas variantes que son problemáticas que se desarrollaron en países no vacunados”.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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