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Opinión

LA VERDAD SOBRE LOS HOSPITALES DE JUÁREZ Y EL PUENTE VILLARREAL. Por Enrique Serrano

Enrique Serrano Escobar

Mucho se ha dicho y escrito sobre la historia de la construcción de los dos hospitales en Ciudad Juárez, y me permito informarles la versión mas exacta que se tiene, pues un servidor fue quien inició con esos proyectos cuando fui electo Presidente Municipal en 2013.
En la campaña política que realicé como candidato, los colegios médicos de Juárez me plantearon la necesidad de contar con un hospital de especialidades, lo cual inmediatamente lo adopté dentro de mi plan de gobierno, de ahí nació la propuesta.
Durante la campaña dispuse de un equipo técnico con experiencia en la elaboración de proyectos y trabajaron en la elaboración de varios, entre ellos, se generaron dos proyectos de hospitales, uno para atención de enfermos con cáncer y otro para especialidades de otras enfermedades con alta incidencia en Juárez.
Habiendo pasado la elección ya tenía yo una carpeta muy bien armada para solicitar recursos federales para varios proyectos, pediríamos para dos hospitales a ver cual pegaba, el nuevo puente Villarreal, el Parque Revolución, el Gimnasio Adaptado para el Parque Central y otros mas.
Teniendo la experiencia y conocimiento que me brindó mi participación como Diputado Federal en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, acudí inmediatamente antes de tomar posesión como Presidente a hacer las gestiones correspondientes ante ese Poder y ante la Secretaría de Hacienda.
El obtener recursos federales para proyectos específicos en los Municipios nunca ha sido una tarea sencilla, se requiere conocimiento, experiencia, proyectos apegados a la normatividad y muchas visitas y gestiones personales a las dependencias federales involucradas. Además contar con el apoyo del Gobernador en turno, lo cual siempre tuve. Fueron muchas visitas que realizamos y finalmente se autorizaron todos los proyectos.
Los recursos para los hospitales le llegaron al Gobierno del Estado en 2016. Generalmente en recursos federales de gran cuantía el gobierno federal confía mas en los gobiernos estatales que en los municipales, y es por ello que

no objeté que se los dieran al estado, finalmente lo que me interesaba era que se construyeran.
El gobierno federal nunca entrega todo el recurso en un año para una obra de esas, si bien nos va entrega una parte y en los ejercicios siguientes lo que falta. Así se recibió en el gobierno del estado una parte para iniciar la construcción de ambos hospitales y se colocó “la primer piedra”, nunca se declaró inauguración. No hay ninguna nota periodística de ese día que hable de inauguración.
Lo que seguía era continuar con los trámites que ya resultaban sumamente sencillos, siendo la primera gestión la tardada y complicada y lo habíamos logrado. Las dos obras estaban ya iniciadas con recursos exclusivamente federales, y a finales de 2016, cuando se iba a aprobar el presupuesto federal del 2017, el Gobierno del Estado de Javier Corral y/o el Gobierno Municipal de Armando Cabada, que recién iniciaban, deberían haber hecho la gestión para el suministro de recursos federales y terminar la obra a finales del 2017. Posteriormente, solicitar para el 2018 los recursos para su equipamiento. De tal forma que serían dos años de construcción y uno de equipamiento, todo con recursos exclusivamente federales.
Ninguna autoridad solicitó en tiempo y forma los recursos que seguían y habiéndose vencido todos los plazos, Javier Corral le pidió de favor al Presidente López Obrador que los terminara, cuando si lo hubieran hecho conforme al tramite correspondiente, no había necesidad de molestar al Presidente, porque está contemplado que en obras iniciadas con recursos federales, deberá el gobierno federal seguir invirtiendo hasta su conclusión, siempre y cuando se hagan las solicitudes correspondientes. Si no se piden, no se programan porque todos los estados y municipios están presentando solicitudes y proyectos.
Porque no se hizo? No lo sé, tal ves apatía por ser proyectos de gobiernos anteriores, ignorancia, incompetencia, o todo junto.
Yo tenía muy claro un esquema financiero para darles soporte, porque luego viene el problema de cómo se mantienen. Serían hospitales para atender población abierta, empleados municipales y estatales, referidos por el IMSS y por el ISSSTE. También serían escuelas para formación de médicos especialistas de la escuela de Medicina de la UACJ.

El proyecto para la construcción del nuevo puente Villarreal en la Avenida Lincoln, para sustituir el que se está cayendo, sufrió una historia similar. Hicimos el proyecto, gestiones con muchísimas juntas en México ante la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, y aquí nos apoyó mucho en ese entonces la Diputada Federal Adriana Fuentes Téllez. También lo hicimos ante la Secretaría de Hacienda del gobierno federal.
Obtuvimos finalmente las autorizaciones de ambas dependencias y terminó nuestra gestión pública en 2016. A los que entraban, Corral y Cabada, les quedaba una gestión muy simple, solo pedir para 2017 el ejercicio del presupuesto ya autorizado. No lo hicieron.
Tiempo después mi amigo Mario Dena, entonces Representante del Gobernador Corral en Juárez, me pidió la información sobre el proyecto del puente, y con mucho gusto se la entregué personalmente, por escrito y en una memoria electrónica, pero le advertí: ya todos los registros están vencidos. No lo hicieron a tiempo.
Ahora el Presidente Municipal Cruz Pérez Cuellar, amigo también, está tratando de rescatar el recurso para esta obra y le hemos ofrecido con gusto todo nuestro apoyo.
La obra de los hospitales fue descalificada por Corral con acusaciones de supuesta corrupción, y lo correcto en estos casos es presentar los elementos ante la autoridad correspondiente, pero no detener la obra, sino al contrario, continuar con ella y que quien investiga haga su trabajo.
De haber hecho lo que correspondía hubieran terminado las obras en sus gestiones, adquiriendo el mérito político de las inauguraciones. Y ahorita Juárez tendría, sin costo directo, dos magníficos hospitales, un puente nuevo y Escuela de Médicos Especialistas.

Opinión

León. Por Raúl Saucedo

La estrategia de la supervivencia

El pontificado de León XIII se desplegó en un tablero político europeo en ebullición. La unificación italiana, que culminó con la pérdida de los Estados Pontificios, dejó una herida abierta.

Lejos de replegarse, León XIII orquestó una diplomacia sutil y multifacética. Buscó alianzas —incluso improbables— para defender los intereses de la Iglesia. Su acercamiento a la Alemania de Bismarck, por ejemplo, fue un movimiento pragmático para contrarrestar la influencia de la Tercera República Francesa, percibida como hostil.

Rerum Novarum no fue solo un documento social, sino una intervención política estratégica. Al ofrecer una alternativa al socialismo marxista y al liberalismo salvaje, León XIII buscó ganar influencia entre la creciente clase obrera, producto de la Revolución Industrial. La Iglesia se posicionó como mediadora, un actor crucial en la resolución de la “cuestión social”. Su llamado a la justicia y la equidad resonó más allá de los círculos católicos, influyendo en la legislación laboral de varios países.

León XIII comprendió el poder de la prensa y de la opinión pública. Fomentó la creación de periódicos y revistas católicas, con el objetivo de influir en el debate público. Su apertura a la investigación histórica, al permitir el acceso a los archivos vaticanos, también fue un movimiento político, orientado a proyectar una imagen de la Iglesia como defensora de la verdad y del conocimiento.

Ahora, trasladémonos al siglo XXI. Un nuevo papa —León XIV— se enfrentaría a un panorama político global fragmentado y polarizado. La crisis de la democracia liberal, el auge de los populismos y el resurgimiento de los nacionalismos plantean desafíos inéditos.

El Vaticano, como actor global en un mundo multipolar, debería —bajo el liderazgo de León XIV— navegar las relaciones con potencias emergentes como China e India, sin descuidar el diálogo con Estados Unidos y Europa. La diplomacia vaticana podría desempeñar un papel crucial en la mediación de conflictos regionales, como la situación en Ucrania o las tensiones en Medio Oriente.

La nueva “cuestión social”: la desigualdad económica, exacerbada por la globalización y la automatización, exige una respuesta política. Un León XIV podría abogar por un nuevo pacto social que garantice derechos laborales, acceso a la educación y a la salud, y una distribución más justa de la riqueza. Su voz podría influir en el debate sobre la renta básica universal, la tributación de las grandes corporaciones y la regulación de la economía digital.

La ética en la era digital: la desinformación, la manipulación algorítmica y la vigilancia masiva representan serias amenazas para la democracia y los derechos humanos. León XIV podría liderar un debate global sobre la ética de la inteligencia artificial, la protección de la privacidad y el uso responsable de las redes sociales. Podría abogar por una gobernanza democrática de la tecnología, que priorice el bien común sobre los intereses privados.

El futuro de la Unión Europea: con la disminución de la fe en Europa, el papel del Vaticano se vuelve más complejo en la política continental. León XIV podría ser un actor clave en la promoción de los valores fundacionales de la Unión, y contribuir a dar forma a un futuro donde la fe y la razón trabajen juntas.

Un León XIV, por lo tanto, necesitaría ser un estratega político astuto, un líder moral visionario y un comunicador eficaz. Su misión sería conducir a la Iglesia —y al mundo— a través de un período de profunda incertidumbre, defendiendo la dignidad humana, la justicia social y la paz global.

Para algunos, el nombramiento de un nuevo papa puede significar la renovación de su fe; para otros, un evento geopolítico que suma un nuevo actor a la mesa de este mundo surrealista.

@Raul_Saucedo

rsaucedo.07@uach.mx

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