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México

Suman 287 vuelos cancelados por contagios de Covid-19 en tripulaciones

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La administración del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) informó que ya suman 287 los vuelos cancelados por los contagios de Covid-19 entre las tripulaciones de vuelo.

Este es el informe al cierre de este domingo, y no ha compartido datos sobre los vuelos cancelados este lunes 10 de enero de 2022.

Solamente el 9 de enero se sumaron 84 operaciones canceladas más, apunta el aeropuerto, el cual es el más importante por número de operaciones y pasajeros atendidos.

Habilitan mostradores emergentes

Además, en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez Ciudad de México se habilitaron mostradores emergentes en el área del Centro de Exposiciones de la Terminal 2, de 544 metros cuadrados con ventilación natural.

Esto, según el aeropuerto, para las líneas áreas que lo requieran, para atender a personas con vuelos demorados, cancelados o diferidos por la nueva situación por Covid-19.

«Ya no se aprecian filas de personas sin sana distancia», asegura la comunicación institucional del aeropuerto.

Bajan los contagios

La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), señaló este lunes que al día de hoy tiene reportados 79 tripulantes con COVID-19. El 7 de enero eran 87 los pilotos reportados con el virus.

La agrupación dijo que lamenta los retrasos y cancelaciones. No obstante, agregó que aumentar las jornadas laborales vulnera el estado físico de los tripulantes.

La asociación ha explicado que esta situación se ha originado por los contagios de la cepa Ómicron, que se ha vuelto la más infecciosa.

Hace tres semanas, las aerolíneas en Europa y Estados Unidos se vieron afectadas por esta misma situación. En total, las empresas en el mundo reportaron cerca de 22 mil vuelos afectados.

En el país, el transporte aéreo moviliza a 120 millones de personas cada año, y el aeropuerto capitalino participa con 36 por ciento del total.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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