Salvo por los mega letreros y el intento de boicot al discurso de la nueva presidenta del Congreso, Adriana Terrazas, no hubo gran novedad en la novela «Guerra de Poderes», que protagonisan la ya mencionada y sus «compañeros» de bancada.
Terrazas fue respaldada por la oposición, así como por el gobierno del Estado, donde la propia mandataria Maru Campos envió el mensaje de apoyo a su figura.
En Morena, la dirigencia sigue dividida, Brighite que responde a las órdenes de su tío Juan Carlos y Omar Holguín que reconoce a Adriana como la primera titular del Legislativo bajo las siglas del movimiento de la Cuatroté.
Mientras tanto, el coordinador Cuauhtémoc Estrada asegura no tener nada en contra de la juarense sino por la jugada que les hizo el PRI y el PAN.
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Sobre este mismo tema, dicen los que le saben que es mera estrategia entre Morena y Adriana, ¿con qué fin?, no lo sabemos aún.
Y es que basta con observar en la transmisión de la sesión, que mientras se colocaban los diputados morenistas, estos compartían sonrisas con Terrazas que para nada la sufrió.
Sin embargo, ante el ojo público muestran una evidente división, donde no existen los concensos.
¿Será que Adriana sigue el camino de la imparcialidad o termina por convertirse en un instrumento de sus compañeros para frenar a la oposición? Ya lo veremos…
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El que pasó sin pena ni gloria fue el autonombrado aspirante a la presidencia de la República, Enrique de la Madrid.
El ex secretario peñista sostuvo reuniones discretas, con mensajes en contra de la administración de AMLO pero sin creatividad alguna.
No hubo propuestas o algo nuevo que ofertar, y así difícilmente podría llenar el ojo de un electorado que en su gran mayoría en el país solo tiene oídos para lo que el macuspano diga y ordene.