Washington.— Al presidente Biden le agrada decir que no existe nada que Estados Unidos no pueda hacer si el país está unido y sus partidos rivales están dispuestos a trabajar juntos.
Sin embargo, a sólo dos meses de las elecciones de medio término, Biden pretende invertir menos tiempo elogiando las virtudes del compromiso y más tiempo señalando los peligros para la democracia —utilizando el lenguaje más punzante y combativo de su presidencia.
Ha acusado a los republicanos de adoptar el “semi-fascismo” al convertirse en vasallos del ex presidente Donald J. Trump. También ha criticado al partido por “estar lleno de coraje, violencia, odio y división”.
Ha advertido del peligro de que los republicanos que le son leales a Trump vayan más allá de sus diferencias en la política.
“Ellos son una amenaza para nuestra democracia”, dijo de un partido con el que ha pasado medio siglo trabajando sin encontrar un terreno común.
“Ellos se rehúsan a aceptar la voluntad de la gente y están adoptando una violencia política”.
Después de semanas de sesiones internas de estrategia que ha realizado la Casa Blanca, el presidente y sus asesores han diseñado un enfoque de confrontación en la temporada de elección que se centra en los logros de Biden junto con un agresivo ataque político contra el Partido Republicano, incluyendo la frase que fue probada en los sondeos que él empezó a utilizar en esta primavera: “los republicanos ultra-MAGA”.
Ahora que Trump está nuevamente en el centro de una investigación penal, en esta ocasión sobre el manejo que hizo de documentos clasificados, Biden ha aprovechado el momento para presionar para que los votantes no puedan arriesgarse a regresar a un partido que es esclavo del ex presidente.
Ahora que la temporada de campañas es más intensa, Biden planea pronunciar un discurso en horario estelar este jueves en Filadelfia en el que sus asesores dicen que argumentará que los estadounidenses están “en una batalla por el alma del país”,
regresando a un tema que usualmente ha utilizado para describir su motivación para convertirse en candidato presidencial.
El discurso también será una oportunidad para que Biden se enfoque en la disminución de los precios de la gasolina, el boyante mercado laboral, los precios de los medicamentos, las mejoras a la infraestructura y la atención médica a veteranos.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.