Chihuahua.– Aunque la gente se asusta más con una inundación, la sequía es más peligrosa y dañina, porque en la primera los estragos son inmediatos en cultivos y en casas habitación, pero los apoyos llegan pronto, mientras que en la segunda los problemas son permanentes y la ayuda no llega o, en el mejor de los casos, se materializa cuando ya aminoró el problema.
Lo anterior lo señaló el presidente del Consejo Estatal Agropecuario (CEACH), Arturo González Ruiz; dijo que una vez que baja la corriente, sobre todo en la zona centro-sur, se puede volver a sembrar ya que hay varias temporadas de siembra y empieza la vida de nuevo.
Sin embargo,
en una sequía como la que se vivió en el 2020, que fue crítica, un productor que tenía unas 50 vacas vio cómo se terminaba el pasto y la hierba, debió vender al menos el 55 por ciento de su ganado para sostener a las otras y no en buenas condiciones, ya que lo hizo a precio bajo por la alta oferta, por lo que no se queda con dinero para reponer el hato.
Apuntó que el ganadero se puede quedar con la mitad de su hato si las condiciones se mejoran, pero si la sequía continúa, puede perderlo todo.
González Ruiz enfatizó que aquí no hay nada de ingreso, puro gasto de rescate de su ganado, lo que lo lleva a una condición de vulnerabilidad y empobrecimiento en un 50 por ciento.
Planteó que tardará años para que ese productor ganadero vuelva a tener el mismo numero de cabezas de ganado, “y a lo mejor ya ni lo ve, porque si se queda con 25, algunos se van envejeciendo y ya no se reproducen”.
Las que reservó tampoco se reprodujeron como debían, ya que una vaca para entrar en calor debe aumentar al menos 200 gramos al día, pero con una mala alimentación eso no es posible.
Recordó que hace años hubo un político que decía que cambiaba tres inundaciones por una sequía a las entidades, debido a que esta última tiene un mayor impacto en el corto, mediano y largo plazo.
Fuente: El Diario