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Resto del mundo

Será transitorio Reinado de Carlos III

Londres.- Concluido el reinado de Isabel II, los ojos ahora están puestos en Carlos, su hijo mayor y heredero, proclamado Rey el pasado 10 de septiembre, tras 70 años esperando en la línea de sucesión.

«Pienso que va a ser muy difícil para él, porque después del tan largo reinado de la Reina Isabel II, será difícil hacerse cargo. Se ha preparado por años, de hecho, es el heredero que ha esperado más años para acceder al trono», dijo, al respecto, Rick Petrachi, reportero británico que cubre a la Corona.

 A decir del periodista, Isabel II dejó una monarquía estable, y poco a poco fue delegando responsabilidades a su hijo. Sin embargo, pronostica que el reinado de Carlos será sólo de transición, entre Isabel, quien falleció a los 96 años, y su nieto William, de 40 años.

 «Probablemente (el de Carlos) va a ser un reinado corto, más como un reinado de transición entre la Reina y el Príncipe William», señaló.

 En cuanto a la posibilidad de que la monarquía pierda fuerza durante el reinado de Carlos III, Petrachi apuntó que esta se mantiene en «posición fuerte», pero no descarta que algunos países puedan aprovechar para buscar su independencia.

 «Podría ser una monarquía menos global en el sentido de que potencialmente algunos (países) de la Commonwealth obtendrán la independencia, probablemente algunos países del Caribe, no pienso que Canadá o Australia vayan a pedir su independencia en el corto plazo, entonces probablemente será una especie de reducir la monarquía, en un sentido de que no va a ser global», consideró.

 «Pero pienso que está en una posición fuerte, porque la gente en esta nación ama la monarquía, o lo que representa el papel unificador que tiene».

México

Posibles operaciones militares de Trump contra cárteles en México generarían consecuencias desastrosas, advierten expertos

Analistas en temas de seguridad y de la relación bilateral entre México y Estados Unidos alertaron que los planes del gobierno de Donald Trump para emprender acciones militares contra cárteles mexicanos serían interpretados como un acto de agresión y podrían provocar efectos contraproducentes de gran escala, además de partir de un diagnóstico equivocado sobre cómo operan estos grupos criminales.

De acuerdo con un reporte del periodista independiente Ken Klippenstein, la administración estadounidense prepara para mediados de septiembre una estrategia que incluiría operaciones en territorio mexicano bajo la orden directa del presidente Trump.

Geoffrey Corn, director del Centro de Derecho y Política Militar de la Texas Tech School of Law, advirtió a Newsweek que cualquier incursión sin consentimiento de México violaría la Carta de la ONU y el derecho internacional. “Estados Unidos alegará defensa propia, pero este derecho solo aplica ante un ataque armado real o inminente, no frente a actividades de grupos no estatales que generan daño, como es el caso de los cárteles”, explicó.

La intención surge tras la designación de varias organizaciones criminales como Terroristas Extranjeros (FTOs) en febrero. El Pentágono, a través de su vocero Sean Parnell, reiteró que estos grupos representan una “amenaza directa” para la seguridad nacional y señaló su responsabilidad en la violencia hemisférica, el tráfico de drogas y la desestabilización económica.

No obstante, especialistas advirtieron que un operativo militar sería inviable y riesgoso. David Mora, analista senior para México en el International Crisis Group, destacó que el narcotráfico funciona mediante redes pequeñas y dispersas, con laboratorios improvisados en ciudades como Culiacán. “Un ataque con drones sería extremadamente peligroso; y si se tratara de capturar a un líder, quizá sonaría a victoria política, pero la experiencia demuestra que esto solo incrementa la violencia”, apuntó.

Cecilia Farfán-Méndez, directora del Observatorio de Norteamérica en la Global Initiative Against Transnational Organized Crime, coincidió en que la estrategia confunde los fenómenos de migración y violencia. Recordó que la designación de los cárteles como terroristas podría reforzar solicitudes de asilo, pues la violencia genera desplazamientos internos que eventualmente llegan a la frontera. “Una intervención militar estadounidense detonaría más migración, justo lo contrario a lo que busca la administración Trump”, advirtió.

Los expertos coincidieron en que las medidas, además de carecer de sustento jurídico, pondrían en riesgo la relación bilateral y tendrían un enorme costo político para la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Mora recalcó que cualquier acción unilateral sería vista en México como una invasión: “Imagina el lema: ser la presidenta bajo cuyo mandato Estados Unidos volvió a invadir México. Políticamente sería devastador”.

Datos de la Comisión de Sentencias de EU muestran, además, que el problema del fentanilo no se reduce a actores extranjeros: en 2024, el 83.5% de los sentenciados por tráfico de esta droga eran ciudadanos estadounidenses.

En opinión de Corn, el riesgo central es que la Casa Blanca pretenda usar la fuerza militar como solución universal: “Cuando piensas que tu mejor herramienta es un martillo, todo problema empieza a parecer un clavo. El narcotráfico no es un asunto que se resuelva con ataques militares”.

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