El juicio contra Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública que lideró la guerra contra el narco en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), arrancó este lunes en Estados Unidos, donde está acusado de aliarse con el Cártel de Sinaloa para introducir droga en el país vecino.
García Luna fue detenido en diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y tres años después comenzó el juicio por cinco delitos, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico: participar en una empresa criminal y conspiración para la distribución internacional, posesión e importación de cocaína.
El quinto corresponde al supuesto falso testimonio que prestó a las autoridades estadounidenses.
Así, se convertirá en el funcionario mexicano de más alto rango en ser juzgado por un tribunal estadounidense.
García Luna presuntamente aceptó sobornos del afamado narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, antiguo líder del Cártel de Sinaloa ahora condenado a cadena perpetua en un penal estadounidense, para permitirle operar con impunidad.
Será precisamente el mismo juez que condenó al “Chapo”, Brian Cogan, quien decidirá el futuro del exsecretario de Seguridad, quien afronta posibles penas que van desde los 10 años de prisión hasta la cadena perpetua.
Hasta llegar al banquillo de la sala del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, García Luna pasó tres años entre rejas, en los que México solicitó su extradición y se cuestionó el grado de conocimiento que Calderón tenía sobre sus relaciones con el narcotráfico.
Tras finalizar la selección del jurado, ahora empezarán los alegatos iniciales del juicio, que duraría cerca de dos meses con decenas de testigos del crimen organizado.
UN EXTRAORDINARIO PODER
Al mando de la llamada “guerra contra el narco” impulsada por Calderón, que inauguró una de las épocas más sangrientas de la historia de México, García Luna se convirtió en la mano derecha del presidente y se llegó a decir que acumulaba más poder que él.
Dicha influencia política, sumada a su cercanía con la cúpula del Cártel de Sinaloa, le habría servido a él y sus socios para lucrar.
Según la investigación de la periodista Peniley Ramírez en el libro Los millonarios de la guerra: El expediente inédito de García Luna y sus socios, extrajeron más de 400 millones de dólares del presupuesto público mexicano, que gastaron en lujos.
Ramírez dibujó a García Luna como un megalómano “obsesionado con James Bond”, hasta el punto de celebrar sus fiestas de cumpleaños con la temática del agente 007, y que contrató con fondos públicos a Televisa para producir una serie policiaca protagonizada por la Policía Federal que él dirigía.
LARGA CARRERA EN LA SEGURIDAD
Antes de acceder a uno de los puestos de mayor responsabilidad con Calderón, García Luna ostentó cargos policiales durante los sexenios de Ernesto Zedillo (1996-2000) y Vicente Fox (2000-2006).
Con el primero dirigió áreas de inteligencia, mientras que con el segundo encabezó la Policía Judicial Federal y la recién creada Agencia Federal de Investigación (AFI), cuyo objetivo principal era luchar contra el crimen organizado.
Paralelamente a su larga carrera en puestos de seguridad, García Luna se ha visto salpicado por su presunta implicación en montajes policiales, presiones al Poder Judicial o sobornos a traficantes.
También estuvo envuelto en “Rápido y Furioso”, un polémico operativo realizado con Estados Unidos entre 2009 y 2011 cuyo propósito era obtener inteligencia sobre la compraventa ilegal de armas en México, pero que acabó con el armamento en manos del crimen organizado.
EL INTERÉS DE LÓPEZ OBRADOR
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sigue de cerca el juicio al exsecretario de su gran adversario político, Felipe Calderón, contra quien contendió en las elecciones federales de 2006.
Desde su tribuna diaria, el mandatario alude con frecuencia a Calderón, a quien ha pedido que explique su vinculación con las actividades irregulares del que fuera su mano derecha.