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Política

Un gran fracaso llamado Alito Moreno; la peor etapa del PRI

Bajo la dirigencia de Alejandro Moreno, el PRI se ha desdibujado del país: de tener 11 gubernaturas, ahora sólo se quedará con 2.

En agosto de 2019, Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, asumió la dirigencia del PRI. En ese tiempo, el partido había perdido la presidencia del país ante Andrés Manuel López Obrador, pero aún gobernaba 12 estados y era el organismo político con mayor poder a nivel estatal. Sin embargo, esa imagen terminó.

Tras las elecciones de este domingo 4 de junio, el PRI sólo gobernará dos estados: Durango y Coahuila, ambos ganados con una coalición con el PAN y el PRD, pero con candidato del tricolor.

Sólo en cuatro años, Alejandro Moreno ha perdido 11 gubernaturas, conservó una y ganó una.

La actual debacle del PRI comenzó cuando perdió la Presidencia del país en 2018. Este partido llevaba como candidato a José Antonio Meade, quien logró apenas el 16.4% de la votación, con lo que quedó en tercer lugar.

En 2021 se vivieron las elecciones más grandes en México. En ese año estuvo en juego 17 gubernaturas y las 500 diputaciones federales. Ese año, el PRI perdió 8 estados, la mayoría ante el avance de Morena: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas y Tlaxcala.

En varias de esas entidades no se había tenido alternancia política, pues sólo habían sido encabezadas por el PRI desde 1929, cuando surgió como Partido Nacional Revolucionario (PNR).

Un año después, en unos nuevos comicios, Morena le volvió a arrebatar al PRI dos estados: Oaxaca e Hidalgo. Este último estado únicamente había sido encabezado por el tricolor en su historia contemporánea. Con estas elecciones, el tricolor había perdido ya 10 estados bajo su dirigencia, si bien, ganó en Durango con un candidato de su partido, abanderado también por el PAN y PRD.

Ahora este domingo 4 de junio, el partido que gobernó el país por más de 70 años consecutivos, además de tener en su poder todas las entidades federativas, sólo se quedará con Durango y Coahuila, pues perdió ante Morena el Estado de México, la entidad con mayor número de habitantes y de presupuesto público.

Pese a estos resultados y pese al rechazo de algunos cuadros principales del partido, los militantes del PRI decidieron hace unas semanas extender la dirigencia de Alejandro Moreno hasta después de las elecciones presidenciales de 2024.

Local

Alejandro Domínguez se deslinda de César Duarte y enfría su posible regreso al PRI

El diputado federal del PRI, Alejandro Domínguez, marcó distancia respecto al exgobernador César Duarte, al asegurar que su retorno al partido no está sobre la mesa y que, de existir tal intención, el propio Duarte tendría que iniciar un complejo procedimiento partidario que incluye la intervención del Congreso Nacional del tricolor.

Las declaraciones de Domínguez surgen en medio de la polémica generada por la denuncia pública de Duarte contra la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a la que acusó de destruir infraestructura hidráulica en su rancho El Saucito, así como varios pozos. Ante la creciente exposición mediática del exmandatario, el legislador priista fue cuestionado sobre la postura del partido respecto a su estatus como militante.

Domínguez fue contundente: “No hay ninguna intención, ni por parte de la dirigencia nacional ni de César Duarte, de reincorporarse al PRI. Él fue expulsado durante la presidencia de Claudio Ruiz Maciel. Incluso se defendió ante el tribunal, pero la resolución fue firme”.

Además, aclaró que no conoce a fondo los detalles legales que involucran al exgobernador en procesos penales y administrativos, aunque confirmó que las acciones en su contra incluyen señalamientos de CONAGUA, lo cual mantiene a Duarte más enfocado en su defensa jurídica que en la política partidista.

En cuanto al camino para una eventual readmisión, Domínguez explicó que tendría que ser el propio Duarte quien solicite su reingreso a través de la Comisión de Justicia Partidaria, un trámite que pasaría por los órganos internos del PRI y culminaría en el Congreso del partido. Pero fue enfático al reiterar que esto no forma parte de la agenda actual.

Las palabras del legislador surgen como respuesta a crecientes cuestionamientos sobre la cercanía —real o percibida— entre sectores del PRI y César Duarte, luego de que éste reapareciera públicamente con duras críticas al gobierno federal y estatal por la destrucción de infraestructura supuestamente legal en sus propiedades.

Al separar lo institucional de lo personal, Alejandro Domínguez intenta evitar que la figura de Duarte vuelva a enredar la imagen del partido, especialmente en un contexto donde el PRI busca reposicionarse de cara al próximo ciclo electoral. Con estas declaraciones, no solo cierra momentáneamente la puerta a cualquier especulación sobre el retorno de Duarte, sino que también reitera que el peso de su pasado político y judicial lo mantiene lejos de las filas tricolores.

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